La poliartritis es un tipo de artritis que involucra al tiempo 5 o más articulaciones simultáneamente. Esta se genera por un ataque autoinmune en las articulaciones, pero también puede ser causada por tumores, enfermedades virales, picadura de garrapatas o el lupus eritematoso sistémico.
La poliartritis se clasifica según su evolución en: aguda: menos de un mes; subaguda: entre uno y cinco meses y crónica: más de seis meses-.
La enfermedad comienza a evidenciarse con el dolor frecuente en diferentes articulaciones del cuerpo, pero, además, la enfermedad se acompaña de otros síntomas como fiebre, anorexia, pérdida de peso, letargo o articulaciones tumefactas.
Para acceder a un diagnóstico certero, el médico que sospeche en un paciente la presencia de la poliartritis, deberá ordenarle exámenes clínicos como el análisis de orina, radiografías de pecho, ultrasonido y ecografía abdominal, un hemograma completo (CBC), radiografías de tórax o ultrasonidos cardíacos, entre otros estudios.
Una vez se diagnostica que el paciente tiene la enfermedad, el mismo debe ser sometido a un riguroso tratamiento que se ofrecerá de acuerdo al estadío de la enfermedad.
Estos tratamientos contemplan el uso de fármacos antinflamatorios no esteroides, esteroides orales u otro tipo de medicamento inmunológico modulado como inyecciones de esteroides, paracetamol, fisioterapia e incluso cirugía.
A los pacientes que tiene la enfermedad, se les recomienda perder peso para no forzar las articulaciones, aplicar calor para aliviar el dolor, lo que también se puede lograr con el uso de analgésicos simples. También se les aconseja hacer fisioterapia para mantener la función articular.