El lupus afecta a cada paciente de forma diferente. Para algunos, sus síntomas son más llevaderos y aparecen ocasionalmente, mientras que a otros los ataca con dureza.
Así sean fáciles o difíciles de manejar los síntomas, el lupus constituye una enfermedad crónica que requiere tratamiento médico constante.
Al igual que en otras enfermedades autoinmunes, los síntomas del lupus pueden presentarse ocasionalmente, los más comunes, los mencionamos a continuación.
Síntomas
- Dolor en las articulaciones: La inflamación que produce un sistema inmunológico hiperactivo puede ocasionar articulaciones hinchadas y dolorosas.
- Sarpullido: Se presenta erupción cutánea en forma de mariposa en mejillas y en el puente nasal, parecidos a una quemadura de sol o un tipo de salpullido escamoso en cara, cuello, orejas y cuero cabelludo.
- Alopecia: Los medicamentos utilizados para contrarrestar la enfermedad puede provocar la pérdida de cabello.
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- Fatiga: Las personas con lupus padecen episodios de fatiga que a diferencia de la que se presenta en personas del común, no cesa con la fatiga.
- Dificultad para respirar: Pueden presentarse problemas pulmonares y un dolor punzante en el pecho al toser, reír o estornudar.
- Problemas renales: Quienes tienen lupus pueden desarrollar nefritis o inflamación de los riñones, lo que genera hipertensión, sangre en orina, o hinchazón de las piernas.
- Úlceras orales: Es común presentar llagas mucosas, son distintas a las llagas en la boca (fuegos) y generalmente no duelen.
Quienes tienen lupus presentan cambios en los signos y síntomas que se conocen como exacerbaciones y remisiones.
El momento conocido como exacerbación es el período durante el cual la enfermedad se torna más activa y los síntomas aumentan, en cambio, durante la remisión, los síntomas del lupus tienden a desaparecer.
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