Las enfermedades reumáticas son afecciones que se producen por alteraciones del sistema inmune. Es probable que los síntomas iniciales de las alteraciones del sistema se produzcan en un momento de estrés, por lo que acudir al psicólogo ayudará a que se evite una rápida progresión de la enfermedad reumática.
La mayoría de las enfermedades reumáticas están asociadas al dolor, la discapacidad y la depresión, es importante tener en cuenta también las características de cada paciente a nivel anímico. Los estudios demuestran que, a pesar del tratamiento reumatológico, el dolor no controlado es el que más impacta en la vida diaria de los pacientes e impide sus labores.
La conmoción del estado mental en enfermedades reumáticas de curso crónico, además de ocasionar depresión y estrés, pueden producir ansiedad, trastorno del sueño, fatiga y soledad que se puede dar por la falta de apego al tratamiento con respuestas poco favorables y progreso de la afectación. Los estudios anteriormente mencionados también destacan la relación entre el padecimiento y comorbilidades psicológicas.
Las enfermedades reumáticas consisten en daños articulares en donde predomina el dolor, la inflamación y la discapacidad y para los pacientes, como agravante, es difícil afrontar su diagnóstico y puede influir en su comportamiento.
Los factores influyentes con los que el paciente puede llegar a una depresión son la pérdida de independencia, los factores económicos, la falta de integración familiar y la alteración en la calidad de vida.
Las enfermedades autoinmunes hacen que el propio cuerpo deje de reconocer los antígenos que le pertenecen y comienzan a auto- atacarse, lo que puede llevar al paciente a correr peligro. La depresión presente en las personas que padecen este tipo de trastornos no es notable puede que ellos rían y se vean vitales, pero, en el fondo, llevan una gran insatisfacción que, en ocasiones, ni el mismo paciente reconoce.
Por esto es importante que las personas que padecen estas enfermedades acudan al psicólogo, ya que se les dará la ayuda adecuada, adicional a la que ya tienen con los especialistas reumatólogos, con el fin de afrontar de mejor manera su padecimiento y mejorar sus relaciones interpersonales, sus relaciones de pareja y, ante todo, para que puedan tener una mayor y mejor disposición consigo mismos.