Dos enfermedades que van de la mano
La gota es una forma de artritis caracterizada por dolores agudos, enrojecimiento y sensibilidad de las articulaciones. Cuando se sufre de gota es fundamental que el paciente controle su peso corporal ya que, de acuerdo con un estudio de la Facultad de Medicina de Boston, se demostró que este es el principal factor de riesgo para la gota.
Otro estudio del Dr. Choi, descubrió que los hombres que subían más de 30 libras, después de los 21 años, duplicaban el riesgo de desarrollar gota y en mujeres los resultados fueron muy similares.
Las cifras muestran que la dolorosa enfermedad ha ido en aumento durante las dos últimas décadas, y este incremento va de la mano con la obesidad.
De acuerdo con la Universidad de Boston, las altas cifras se deben a los malos hábitos en la alimentación y el estilo de vida. Las personas en los últimos años consumen más carnes, grasas, cervezas, sodas y no practican ejercicio, lo que empeora la obesidad y la gota.
La obesidad en pacientes con gota no solo afecta su condición sino que puede llegar a desatar otros tipos de problemas como enfermedades cardiovasculares, hipertensión, resistencia a la insulina e hipercolesterolemia y aumento en la presión de las articulaciones lo que agudiza la inflamación y el dolor característico de la gota.
Mantener un peso estable y un estilo de vida saludable, puede ayudarte a disminuir el riesgo de padecer de gota o de llegar a ser obeso.
Para adelgazar de manera saludable y lograr mantener tu peso, es vital que cuentes con el acompañamiento de un nutricionista y que no saltes las comidas, pues permanecer en ayuno eleva los niveles de ácido úrico y puedes enfrentarte a un episodio agudo de gota.