Alrededor del mundo, miles de personas se acostumbran a crujir o tronar sus huesos en situaciones de estrés, tensión o calma. Esta acción se realiza a menudo con los dedos pero también se hace con el cuello, los hombros o las muñecas. A veces, sobre todo en las personas que no están acostumbradas a esta acción, las articulaciones crujen con ciertos movimientos que, en ocasiones, producen un dolor leve.
Sin embargo, según los especialistas este sonido no representa ningún peligro, ni es un síntoma que indique alguna anomalía reumatológica. Aún así, recomiendan visitar a un médico si estos episodios se presentan de forma frecuente, con dolor intenso o hinchazón. También es muy importante revisar la movilidad de la articulación que cruje, pues ésta no debería verse afectada.
En general, los médicos no aconsejan hacer crujir las articulaciones de forma intencionada, ya que se puede acelerar el desgaste de la articulación.
¿Cuál es el origen de ese sonido?
De acuerdo con la Arthritis Foundation, el sonido que hacen las articulaciones cuando crujen es producido por “burbujas de aire en el líquido sinovial”, cuya función es lubricar las coyunturas para facilitar el movimiento. O por “la salida de ligamentos fuertemente apretados al saltar de un superficie ósea a otra”.
Pero, esto no quiere decir que todos los sonidos sean iguales. Existen diferentes tipos de crujido, cada uno responde a factores específicos y al área de la articulación en las que se presenta. Además, son más frecuentes en mujeres que en hombres debido a causas hormonales y a menor volumen muscular.
Si presenta dolor, inflamación y una constante repetición de este sonido, es aconsejable que visite a su médico. Algunas enfermedades reumatológicas se inician con síntomas aparentemente comunes y sin importancia.