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¿Alguna vez escuchaste sobre la artritis fúngica?

La artritis es una enfermedad reumática con múltiples variantes. Contrario a lo que se piensa, no es una condición que solo se presente en adultos mayores, pues niños y adolescentes también pueden padecerla. Por lo general, la afección se manifiesta con dolor intermitente en articulaciones, cuello, espalda. En casos más avanzados se presenta enrojecimiento y deformación del área afectada.

En el caso de la artritis fúngica o micótica, un tipo de artritis no muy conocido, la enfermedad es una infección que se produce por un hongo invasivo. A veces, esta afección surge como consecuencia de padecer otras enfermedades causadas por hongos como la candidiasis, coccidioidomicosis, criptococosis, histoplasmosis o esporotricosis.

De acuerdo con los especialistas, por lo general las articulaciones que soportan más peso (principalmente las rodillas) son aquellas en las que se desarrolla la infección. Pero, también puede desarrollarse directamente sobre el hueso.

¿Tuve una infección por hongos, tendré artritis fúngica?

En este tipo de artritis, los síntomas no difieren mucho de la aparición más común de la enfermedad. Como síntomas se pueden encontrar inflamación de pies, tobillos, piernas, inflamación de articulaciones, fiebre, rigidez articular y dolor articular.

El tratamiento para la artritis micótica se realiza en primera instancia con fármacos antimicóticos. Sin embargo, en caso de que la enfermedad sea detectada en fases avanzadas, se realiza un procedimiento para retirar el tejido afectado por la invasión del hongo. A este se le conoce como desbridamiento.

Las personas más propensas a padecerla son aquellas con sistemas inmunes debilitados, pacientes con cáncer o en tratamiento con algunos fármacos. Ante cualquier duda o cambio en tus síntomas, consulta a tu médico.