Los pacientes con enfermedades reumáticas se hacen a menudo esta pregunta: ¿suspender o no suspender el tratamiento?. La pregunta surge en medio de la peor crisis de salud del siglo XXI; cuando los médicos también enfrentan uno de los peores escenarios: el conocimiento paulatino de una enfermedad y sus síntomas.
Aunque la situación es alarmante, los reumatólogos piden a los afectados, especialmente a los que necesitan medicinas permanentes, no automedicarse ni suspender su tratamiento ante el Covid-19. Los especialistas están conscientes de que varios medicamentos son inmunosupresores (debilitantes del sistema inmunológico). Por ende, la capacidad del organismo para combatir infecciones está reducida.
De hecho, reumatólogos de la Sociedad Española de Reumatología (SER) y del Colegio Americano de Reumatología reiteran que “hasta el momento, no se ha descrito que los pacientes con enfermedades reumáticas que reciben tratamientos biológicos o con fármacos inmunosupresores sean un grupo de riesgo“, como se describe en el diario ABC. Es decir, si se llegan a contagiar serán tratados en las clínicas y hospitales de acuerdo con la progresión del virus y el historial individual.
Aspectos para tener en cuenta:
Desde el Colegio Americano de Reumatología, los especialistas piden tener en cuenta los siguientes factores: el impacto potencial de la inmunidad, el impacto en el reumatismo de un paciente y resultados al suspender el tratamiento con sus medicinas.
“Dada la complejidad de equilibrar estas consideraciones y la necesidad de adaptar cualquier respuesta al paciente individual, todas las decisiones deben ser tomadas por el reumatólogo tratante en consulta con el paciente en cuestión”, se puede leer en uno de los documentos provistos por esta entidad.
Adicionalmente, los médicos piden ignorar información que se encuentra en redes sociales, cadenas de Whatsapp; pues no tienen un sustento científico comprobado y pueden poner en riesgo su estado de salud. Ante cualquier duda, la mejor opción es utilizar herramientas tecnológicas -como la telemedicina- para comunicarse con el médico tratante. Y no olvides, ¡quédate en casa!
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