El codo de golfista o también conocida como epicondilitis medial, es una enfermedad producida por el desgaste o daño de los tendones y los músculos del antebrazo, que se utilizan para cerrar la mano. Esta enfermedad es similar al codo de tenista, pero es menos común y afecta distintas zonas del cuerpo.
Esta afección es causada por un daño o sobrecarga de los músculos y tendones que ayudan a controlar los movimientos de la mano y la muñeca. Golpear, lanzar o levantar objetos de forma repetitiva e inadecuada aumenta el riesgo de desarrollar esta patología, pues puede producir lesiones.
Es por eso que recibe el nombre de codo de golfista, debido a que se produce con gran frecuencia en personas que practican este deporte debido al movimiento que deben realizar. Además, existen otras actividades que pueden causar el codo de golfista, como por ejemplo: la carpintería, levantar pesas, deportes de lanzamiento -fútbol americano, ultimate, béisbol-.
Síntomas
Rigidez
La rigidez es producto de la inflamación en los tendones y músculos del antebrazo. Se manifiesta con más frecuencia al intentar cerrar la mano.
Debilidad
Esta afección puede provocar dificultad para agarrar objetos pesados e incluso en algunos casos livianos. Por esto, se recomienda guardar reposo mientras se trata.
Dolor crónico
El dolor es el síntoma característico de la epicondilitis medial, se siente en la parte interna del codo y puede extenderse por todo el antebrazo. La molestia puede aparecer de forma gradual o repentina.
Adormecimiento
El adormecimiento o sensación de hormigueo puede extenderse desde el antebrazo hacia los dedos de las manos.
Tratamiento
El tratamiento para esta patología busca reducir la inflamación, aliviar el dolor y devolver la funcionalidad de los músculos y tendones afectados. El médico puede ordenar algunos medicamentos analgésicos como primera medida y solicitar terapias físicas con un especialista.
Las terapias buscan eliminar la rigidez y fortalecer los músculos para que no se vuelva a desarrollar esta enfermedad, el especialista en fisioterapia guiará los ejercicios dependiendo de la situación clínica del paciente. También es importante que la persona guarde reposo por unos días y evite realizar movimientos bruscos.