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Esto debes saber sobre las contracturas musculares

Esto debes saber sobre las contracturas musculares

Las contracturas musculares son padecimientos físicos asociados a deportistas. Sin embargo, estas lesiones también son comunes en personas que no realizan actividad física y adultos mayores. Su aparición está asociada a episodios continuados de estrés, malas posturas durante el día o a un trauma que está en proceso de recuperación.

Esta lesión se diferencia de otras molestias en los tejidos porque producen contracciones involuntarias en los músculos afectados. Es decir, se suspende el mecanismo natural en el que los músculos se contraen y relajan. Como consecuencia, el área afectada permanece en constante tensión causando dolor, dificultades de movilidad y ‘nudos’, bultos endurecidos que surgen en el lugar de la contractura.

Existen varios tipos de contracturas musculares

Antes de tratar esta molestia, se debe tener en cuenta que no todas las contracturas sanan con el mismo tratamiento. Los especialistas en lesiones musculares definen varios tipos de contracturas, dependiendo del momento de su aparición. Esta clasificación, a grandes rasgos, es la siguiente:

Contracturas producidas durante un esfuerzo físico:

Esta forma de la lesión es la más conocida, pues afecta a los deportistas de alto rendimiento. La contractura es el resultado de la falta de depuración o eliminación de los metabolitos y otras sustancias que intervienen en la realización de movimientos. Cuando la actividad física es elevada o la persona no está acostumbrada al ejercicio, las sustancias se acumulan en los músculos y provocan la lesión.

Contracturas causadas después del ejercicio físico:

Contraria a la situación anterior, en este caso los músculos no logran volver a su estado relajado. Usualmente, la contractura es el resultado de excesiva actividad o carga física que causan fatiga muscular.

Contracturas residuales:

Estas son las contracturas musculares que son resultado de graves traumas o lesiones. Esto se debe a que los músculos de la zona afectada se contraen para prevenir otros daños. Sin embargo, en ocasiones la recuperación de la lesión más severa no incluye a los músculos que permanecen en tensión. En esas situaciones, el tratamiento consiste en sesiones de fisioterapia.