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Medicamentos para la osteoporosis podrían proteger frente a la COVID-19

Medicamentos para la osteoporosis podrían proteger frente a la COVID-19

Los fármacos habituales para el tratamiento de la osteoporosis tendrían un efecto protector frente a la COVID-19 en pacientes que los toman y ayudaría a frenar la tormenta de citoquinas que puede empeorar el pronóstico de la enfermedad.

El denosumab, el Zoledronato o el calcio son tratamientos habituales contra la osteoporosis que podrían tener un efecto protector contra la COVID-19 en los pacientes que la toman.

En concreto, una reducción de la incidencia de la infección de hasta 40 %, según los resultados de un estudio conjunto del Hospital del Mar, el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), la Universitat Pompeu Fabra y el Parc Sanitari Pere Virgili.

Esta investigación se publicó en la revista Aging y es la primera en el mundo de estas características.

“Hay indicios que permiten hacer la hipótesis que determinados medicamentos para tratar algunas enfermedades reumatológicas podrían  interferir en positivo en la historia natural de la COVID-19, ya sea reduciendo la incidencia como disminuyendo la evolución hacia casos más graves” ha asegurado uno de los autores del estudio, el doctor Jordi Monfort, jefe del Servicio de Reumatología del Hospital del Mar y coordinador del Grupo de Investigación celular en inflamación y cartílago del Hospital del Mar.

Cómo se ha hecho el estudio

La idea de realizar este estudio partió de especialistas del Hospital del Mar que observaron la baja incidencia de la pandemia en pacientes reumatológicos.

Para encontrar una explicación a ello, se analizaron datos de más de 2.000 pacientes con osteoporosis, artrosis y fibromialgia y su relación con la infección por la COVID-19.

Se estudiaron los diferentes tratamientos que seguían estos enfermos, así como su evolución, necesidad de atención hospitalaria y riesgo de mortalidad por SARS-CoV-2.

Hasta un 40% menos riesgo de COVID-19

Tras el análisis de los datos, los autores del estudio llegaron a la conclusión de que algunos fármacos que toman estos enfermos podrían reducir tanto el riesgo de contagio como la gravedad de la COVID-19.

En concreto, observaron que los tratamientos principales contra la osteoporosis disminuían entre el 30 y el 40 % la incidencia de la COVID-19.

“El estudio sugiere que algunos de estos tratamientos podrían proteger a los pacientes contra la infección por COVID-19, a pesar de que todavía se tienen que hacer más estudios con más pacientes para demostrarlo”, apunta el doctor Josep Blanch Rubio, jefe de sección del Servicio de Reumatología, primer firmante del estudio e investigador del Grupo de Investigación celular en inflamación y cartílago del Hospital del Mar.

Medicamentos con efecto protector

A tenor del estudio, los mecanismos de actuación de estos fármacos para la osteoporosis tendrían también un impacto positivo en la COVID-19.

El denosumab tiene como objetivo el sistema RANK, que son proteínas involucradas en el equilibrio del sistema óseo. Pero también intervienen en la respuesta del sistema inmunitario. En concreto, modifica la respuesta inflamatoria y actúa sobre las citoquinas, que tiene un papel determinante en la infección por COVID-19.

El zoledronato también puede modular la respuesta inmunitaria y estimular su actuación ante el SARS-CoV-2.

Los resultados también indican que otro de los tratamientos habituales en estos pacientes, el antidepresivo duloxetina, puede tener efecto positivo en la reducción de las incidencia de la COVID-19.

La doctora Gurt, médica del CAP Vila Olímpica del Parc Sanitari Pere Virgili y coautora del trabajo, insiste en que “los datos del estudio nos indica que los tratamientos anti osteoporóticos y la duloxetina que toman nuestro paciente de primarias son seguros ante la infección por la COVID-19 e incluso podrían disminuir la incidencia de esta. A pesar de ello, hace falta verificarlo en estudios con un número de pacientes superior”.

Por el contrario, solo un analgésico de uso habitual para tratar el dolor, la pregabalina, sí que parece que tiene una tendencia a incrementar la incidencia de la enfermedad.