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Nuevas terapias que atacan la raíz de la artritis reumatoide

Los casos de artritis reumatoide aumentan. Su prevalencia en adultos es del 0,82%, según el último estudio epidemiológico Episer, realizado por la Sociedad Española de Reumatología. Anteriormente, la tasa se situaba en el 0,5%. En total, se calculan 300.000 afectados y unos 20.000 nuevos casos anuales. Si bien se ha avanzado en el diagnóstico y tratamiento precoz, su abordaje temprano (no hay aún cura) sigue siendo un desafío para esta enfermedad reumática inflamatoria crónica, la más común, e incapacitante.

Dolor, hinchazón, rigidez y cansancio son los síntomas habituales, por eso, vestirse, ducharse, conducir o realizar las tareas del hogar puede suponer un esfuerzo titánico, especialmente si se ha perdido movilidad en algunas articulaciones.

La encuesta AR 2020, elaborada por esta organización y que analiza el estado, control e impacto de esta patología en 800 pacientes, revela que para el 42% de los enfermos el dolor es la aflicción que más afecta su día a día, seguido de la inflamación (19%) y la fatiga (18,6%). El 60% reconoce tener mala calidad de sueño y uno de cada tres presenta fatiga grave.

Peor aún, cuatro de cada diez necesitan algún tipo de ayuda para realizar sus actividades cotidianas, el 13% manifiesta dificultades para vestirse y el 24%, para subir escaleras. No obstante, si la dolencia está controlada, el enfermo puede llevar una vida normal. De ahí la importancia de la detección precoz y la adherencia al tratamiento. Se estima que entre el 40% y el 60% no responde a las terapias disponibles.

Los reumatólogos creen que hay que hacer más esfuerzos en la detección precoz

Puede dañar también a otros órganos internos (corazón, pulmones) y externos (ojos), agrega Torralba. Pese a ser una dolencia autoinmune, la ansiedad y el estrés pueden desencadenar un brote, o los cambios hormonales en ellas, avisa Torralba. Los hábitos nocivos, como fumar, beber alcohol y tener sobrepeso, también agravan y dificultan su control.

Retos

Encontrar una cura, la detección temprana y dar con terapias efectivas son los retos. En los últimos años se ha reducido el tiempo de diagnóstico a seis meses. Es un periodo relativamente corto, pero si se pudiese reducir aún más, sería ideal; cuanto antes se empiece a tratar, más probabilidades hay de controlarla.

El metotrexato es el fármaco más usado en un primer momento. Pero si el paciente no obtiene una respuesta adecuada a este, se utilizan biológicos e inhibidores de las proteínas JAK. El pronóstico ha cambiado en las ultimas décadas como consecuencia de una estrategia terapéutica basada en el diagnóstico precoz y la instauración lo más rápido posible (en los primeros meses) del tratamiento con fármacos antirreumáticos efectivos. A pesar de ello, algunos pacientes (10-15%) pueden fracasar a distintas líneas de tratamiento, por lo que es importante seguir investigando con nuevas moléculas.

Hay otras novedades. aterrizó en España la biotecnológica belga Galápagos. La Comisión Europea aprobó su primer medicamento, Jyseleca (filgotinib), tras 20 años de I+D. Este fármaco, rechazado por el regulador estadounidense debido a sus dudas respecto al riesgo-beneficio, es un inhibidor preferencial de JAK1, una de las vías de señalización implicadas en la artritis reumatoide. Es decir, es capaz de atravesar la membrana de las células para frenar el proceso de inflamación y la formación de proteínas defectuosas implicadas en dicha dolencia, precisa. 

Respecto al veto de la FDA, en revisión, desde Galápagos comentan: “La FDA ha solicitado información adicional para conceder su aprobación. Actualmente Gilead está analizando esta solicitud y trabajando con la FDA para proporcionarles la información necesaria que permita finalizar la evaluación de filgotinib en artritis reumatoide. Por nuestra parte, creemos firmemente en el perfil riesgo-beneficio de nuestro tratamiento y estamos muy satisfechos de haber recibido la aprobación de la Comisión Europea, tras revisar nuestros datos del programa Finch fase 3 y Darwin fase 2 con la participación de 3.500 pacientes”.