Investigadores han participado en un estudio publicado en The Journal of Clinical Investigation en el que se revela un nuevo mecanismo molecular que hace que la inflamación persista en enfermedades como la artritis reumatoide.
Los resultados demuestran que un factor de transcripción denominado Fra-1 es el responsable de que los macrófagos, células del sistema inmune involucradas en diversos procesos que permiten mantener el equilibrio del organismo, adquieran un papel proinflamatorio y no resuelvan el problema.
Los macrófagos son unas células del sistema inmune que participan en diversos procesos, como las respuestas inmunes e inflamatorias. Para ello, los macrófagos adaptan su respuesta a los diferentes estímulos y factores del microambiente y generan una amplia variedad de moléculas para desempeñar su papel. Además de su habilidad para iniciar respuestas del sistema inmunitario y eliminar patógenos, los macrófagos también secretan moléculas que activan vías de señalización para la reparación y regeneración de tejidos.
En las fases agudas o crónicas de las enfermedades inflamatorias crónicas, como la artritis, los macrófagos proinflamatorios contribuyen a la inflamación local y sistémica y provocan la destrucción de hueso y cartílago a través de la activación de los osteoclastos, un tipo de células que degradan, reabsorben y remodelan huesos.
Los macrófagos también inician y promueven de forma efectiva la resolución de la inflamación. Este papel dual de los macrófagos requiere un mecanismo que reprograme su función en respuesta a estímulos determinados. En el proceso están involucrados diferentes factores de transcripción, factores reguladores y diversas proteínas.
Mediante modelos animales de artritis reumatoide, los investigadores han demostrado que el factor de transcripción Fra-1 es uno de los principales reguladores de la función de los macrófagos en la artritis. Fra-1 inhibe la actividad de la enzima Arginasa, que tiene un papel fundamental para la resolución de la inflamación, y provoca una mayor severidad de la enfermedad. Estos resultados observados en modelos animales de artritis, también se han confirmado en tejido sinovial de pacientes con artritis reumatoide.