Las enfermedades reumáticas son las enfermedades que afectan el aparato locomotor, compuesto por los huesos, músculos y articulaciones. Por ello, estas enfermedades dificultan los movimientos y el desplazamiento de las personas a causa de las limitaciones que se presenta en estas zonas del cuerpo. Entre las enfermedades que generan este tipo de traumatismos se encuentran la artrosis, la lumbalgia, la tendinitis y la osteoporosis.
Compartir tiempo en familia y conocer nuevos lugares es lo mejor de los viajes, pero para las personas con enfermedades reumáticas este tipo de actividades representan un reto por las camitas, el transporte incómodo y demás situaciones que suponen un viaje. A continuación, encontrarás una serie de recomendaciones que puedes seguir al planear un viaje con el fin de disfrutar igual que los demás.
El reumatismo no debe impedirte viajar.
Organiza con anticipación, así tendrás todo bajo control y podrás disfrutar de tu viaje en familia o con tus amigos.
Se realista.
Adapta el viaje a tus necesidades. No tienes que cumplir las agendas de las agencias de turismo u hoteles. Escoge las actividades que no te exijan mayor esfuerzo sobre tus articulaciones, existen muchas posibilidades.
Planifica hasta el más mínimo detalle
No le des espacio a la improvisación. Haz las reservas en los hoteles con tiempo de anticipación. Si planeas hacer el viaje en carro, reparte el viaje por etapas cortas, en especial si son muchos kilómetros de distancia los que debes recorrer.
Después del viaje ten un día completo de descanso.
Informa sobre tu enfermedad en la agencia de viajes.
Al informar puedes abrir las posibilidades de conseguir asientos más cómodos y con mayor espacio. En caso de padecer una incapacidad severa o necesitar una silla de ruedas, busca hoteles que tengan habitaciones y servicios especiales.
Procura conseguir viajes directos.
Si no vas a viajar en carro, lo mejor es evitar traslados muy largos y en su preferencia que sean directos para evitar largas esperas. De igual modo, evita viajar en horas pico. Estos factores pueden incrementar tu grado de fatiga
Lleve un bolso de mano con todas las cosas importantes.
Lleva las medicinas, alimentos ligeros como fruta y bebidas que te pueden servir al momento de tomar tus medicamentos. No olvides una almohada cervical para tomar cómodas siestas durante el viaje. De igual modo, lleva un informe actualizado sobre tu enfermedad y el tratamiento, por si tienes que acudir al médico.
Si viajas al extranjero, obtén un seguro que cubra razonablemente las emergencias que pueda necesitar.
No lleves un equipaje excesivo.
Utiliza maletas de ruedas para favorecer tu movilidad.
Haz los ejercicios que te han recomendado contra la enfermedad, antes del viaje y durante las paradas.
Te ayudará a evitar la rigidez y el dolor que puede causarte la inmovilidad. Si viajas en avión por un largo tiempo, es conveniente que te levantes periódicamente y camines durante 5 minutos.
Utiliza ropa y calzado cómodo.
La ropa holgada facilitará el movimiento fácil y suave de las articulaciones. El zapato también ha de ser ancho.
Consulta con tu médico previamente.
Infórmate si tu enfermedad reumática tiene alguna limitación especial. El sol y la playa, suelen ser favorables en enfermedades como la psoriasis o la osteoporosis, pero pueden perjudicar otras como el lupus.