Por: Redacción Artritis y Reumatología
Realizar una caminata enérgica -a un ritmo rápido- de una hora a la semana, trae grandes beneficios de salud de las personas que padecen de artrosis o rigidez, así lo afirma un reciente estudio realizado por la Universidad de Northwestern Medicine, en Estados Unidos.
A medida que pasan los años aumenta la probabilidad de padecer de artrosis, debido al desgaste natural que se produce en las articulaciones.
Se estima que más de 300 millones de personas padecen de artrosis a nivel mundial. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), al año 2020 esta patología se convertirá en una de las principales causas de discapacidad, pues afecta el rango de movilidad de las articulaciones.
Las guías de salud indican que las personas que padecen de artritis o artrosis deben realizar alguna actividad física de bajo impacto. Sin embargo, la recomendación es más de 2 horas semanales, lo que para muchas personas parece una tarea difícil. Por esta razón los investigadores incentivaron a las personas a hacer una caminata de una hora por semana.
La investigación tuvo una duración de cuatro años y contó con el análisis de datos más de mil adultos, quienes padecían de rigidez o dolor en las articulaciones provocadas por la artrosis. Al momento de iniciar el estudio los participantes no padecían de discapacidad asociada a la enfermedad.
Al finalizar el estudio el grupo de científicos logró evidenciar que los adultos que no realizaron la caminata una vez por semana presentaban mayores complicaciones al caminar y desarrollar sus actividades diarias en comparación con quienes sí practicaron la actividad física sugerida.
Así que ya sabes, puedes iniciar por realizar una caminata un poco más corta mientras adquieres el hábito. Luego puedes ir aumentando la intensidad y duración de la caminata. Para esta actividad, utiliza un calzado cómodo, que amortigüe el impacto en las articulaciones. De esta forma previenes complicaciones en tu salud.
De la misma forma intenta escoger rutas planas, sobre todo si sufres de artrosis en la rodilla. Caminar cuesta abajo requiere de mayor esfuerzo para las articulaciones inferiores, por lo que puede generar efectos adversos.