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Sordera y artritis

¿Le falla el oído? Podría estar vinculado a su artritis. Entérese de lo que las investigaciones revelan sobre la pérdida del oído.

“¿Cómo? ¿Qué dijiste? ¿Me lo repite por favor?” “Si se ve haciendo estas preguntas a menudo no está solo, y el no oír bien podría estar relacionado con la artritis, sea debido a la enfermedad misma, o a los fármacos empleados para tratarla”.

Los estudios clínicos han encontrado tasas mayores de pérdida del oído sensorineural (tipo de sordera comúnmente originada por una función disminuida de las células foliculares de la cóclea) en pacientes con artritis reumatoide (AR). Por ejemplo, un estudio publicado en el 2006 detectó deficiencias auditivas, en su gran mayoría tipo sensorineural en un 42.7% de los pacientes de AR. En cambio, sólo el 15.9% del grupo control mostró este tipo de sordera.

Otros estudios menores han hallado resultados similares. Cierta evidencia asocia también a la artritis psoriásica y a la artritis idiopática juvenil con deficiencias auditivas.

Un estudio de la Clínica Mayo del 2006 rechazó esta tendencia, no hallando una conexión significativa entre el oído y la AR. No obstante, concluyó que las personas con AR tenían probabilidades más altas de percibir los problemas del oído.

“Los medicamentos empleados para tratar el dolor de la artritis también pueden ser culpables”.

Un estudio publicado por The American Journal of Epidemiology  en el 2012, descubrió que las mujeres que tomaron ibuprofeno (Advil, Motrin) o acetaminofeno (Tylenol) dos o más días a la semana eran más susceptibles de reportar pérdida del oído que aquellas que raramente tomaban los analgésicos. Y mientras más seguido recurrían a cualquiera de estos fármacos, mayor era el riesgo de sordera.

Las mujeres que usaron el ibuprofeno dos a tres días a la semana tuvieron un 13% de mayor riesgo, mientras que las que lo consumieron seis o siete veces por semana tuvieron un 24% de mayor riesgo. El vínculo entre analgésicos y sordera generalmente se incrementó entre las mujeres menores de 50 años.

Los investigadores especulan que los medicamentos pueden reducir el flujo sanguíneo de la cóclea o agotar los factores que la protegen. Estudios previos también han vinculado el uso regular de la aspirina a la sordera. 

Retrasar el tratamiento podría repercutir en una disminución cognitiva

Mientras más pronto se trate la pérdida auditiva, mejor. Según un par de estudios, la sordera no tratada podría asociarse con declive cognitivo acelerado y atrofia cerebral. Un estudio, del Centro Johns Hopkins sobre envejecimiento y salud, halló que no solo era la caída cognitiva más rápida entre quienes tenían deficiencias del oído, sino que los pacientes con sordera presentaban un riesgo mayor de desarrollar declive cognitivo en primer lugar. El segundo estudio de la escuela de medicina Perelman de la Universidad de  Pennsylvania, encontró que los adultos mayores con problemas de sordera poseían menor densidad de materia gris en las áreas del cerebro dedicadas a la audición.

El autor del segundo informe señaló que al disminuir la capacidad auditiva, intervenciones como aparatos para la sordera  podrían no solo mejorar el oído sino también ayudar a preservar el cerebro.

Qué puede hacer si tengo sordera debido a la artritis

No es fácil enfrentar un problema de sordera. Puede que se sienta avergonzado o intimidado de hablar al respecto, especialmente en un ambiente laboral. Pero tratar y ser abierto sobre la pérdida del oído en etapas tempranas le beneficiará a usted y a todos los que le rodean. Actuar es siempre mejor que batallar para escuchar a los demás, perderse de una conversación, o arriesgarse a que crean que los está ignorando.

Si nota un cambio en su capacidad auditiva, comuníqueselo al personal médico, ellos podrían ajustar la dosis de sus medicamentos o remitirlo con un especialista, como lo es el audiólogo, quien le puede probar y brindar aparatos para combatir la sordera.

También puede adaptarse de forma creativa a la pérdida del oído siguiendo estos sencillos pasos:

  • Sea honesto. Una vez que la gente se dé cuenta de que tiene problemas para oír, la mayoría estará dispuesta a ayudarle. Pida que le hablen claramente, pero sin gritar. 
  • Haga la prueba. Pruébese, de manera gratuita, los mejores aparatos para el oído que pueda adquirir. Son una inversión hacia su calidad de vida.
  • Hable más fuerte. Naturalmente, los demás tenderán a hablarle más fuerte. 
  • Encuentre un mejor lugar. Siéntese en medio de la mesa para que pueda escuchar mejor a los demás. En una fiesta, aléjese de áreas ruidosas como la entrada o la cocina.
  • Sea positivo. Nadie tiene un oído perfecto. ¡No sea duro consigo mismo! Es posible que lo compense mediante otras habilidades. Quizá ponga gran atención a los demás o se vuelva experto en leer gestos. Ambas pueden convertirse en ventajas inmensas.

Fuente: ARTHRITIS FOUNDATION