Por: Redacción Artritis y Reumatología
La vasculitis urticarial es un tipo de urticaria poco común que afecta la piel y las mucosas. Esta patología se asocia con vasculitis leucocitoclástica, se caracteriza por producir brotes en la piel como ronchas palpables. Las cuales duran más de 24 horas y tienden a tornarse oscuras. La vasculitis urticarial suele manifestarse en personas mayores de 40 años y es más frecuente en mujeres.
Esta patología se puede clasificar como vasculitis urticarial primaria; es decir cuando es idiopática y vasculitis urticarial secundaria cuando está asociada a otra enfermedad. Se cree que la enfermedad se produce por la formación de complejos inmunes. Estos se ubican en las paredes de los vasos sanguíneos y producen la formación de anticuerpos.
Para realizar el diagnóstico de esta patología se necesita confirmar por lo menos dos de los síntomas característicos de la enfermedad, entre los que se encuentran la aparición de brotes palpables que pueden durar más de dos o tres días, dolor abdominal, inflamación ocular, artritis. Por medio de pruebas de laboratorio de conteo de células sanguíneas, pruebas de función renal y análisis de enzimas hepáticas.
La vasculitis urticarial está asociada a enfermedades como: el lupus sistémico eritematoso, síndrome de Sjögren, enfermedad de Lyme, hepatitis B o C, crioglobulinemia. De hecho se han observado algunos casos en los que pacientes que padecen de vasculitis urticarial la enfermedad avanza a lupus sistémico.
La vasculitis urticarial se trata por medio de antihistamínicos para reducir los brotes. Sin embargo, estos fármacos no controlan, ni evitan la progresión de la enfermedad. Esta enfermedad por lo general es resistente a los antiinflamatorios.