La fiebre reumática es una enfermedad inflamatoria producida como consecuencia de una faringitis estreptocócica o una amigdalitis estreptocócica que no fueron tratadas correctamente. La relación entre la infección estreptocócica y la fiebre reumática no es clara, al parecer la bacteria engaña al sistema inmunitario y hace que este ataque los propios tejidos del cuerpo.
Esta patología puede causar un daños en tejidos conectivos, articulaciones, piel, cerebro, pero los daños más comunes los produce en el corazón provocando complicaciones como insuficiencia valvular y daño en el músculo cardíaco.
Se produce frecuentemente en niños de 5 a 20 años y existen algunos factores de riesgo como los antecedentes familiares y las condiciones de higiene, estas pueden aumentar la probabilidad de padecer de esta enfermedad
Los síntomas que produce son variados y pueden cambiar a medida que avance la enfermedad, algunos de los más frecuentes son: fiebre, dolor en las articulaciones, hinchazón en las muñecas, rodillas o tobillos, brote rojo en espalda, pecho o abdomen, debilidad, dolor abdominal, dolor de garganta.
La fiebre reumática debe ser atendida y tratada de forma rápida para evitar se causen daños importantes, si la persona tiene fiebre, dolor de cabeza o de garganta por más de tres días debes acudir a un centro de salud. Si tiene sarpullido en la piel y fiebre puede ser infección estreptocócica por lo que debes prestar atención, recuerda que la fiebre reumática es desencadenada por esa infección.
Cuando la fiebre reumática no es tratada rápidamente y causa daño en las válvulas cardíacas se debe intervenir quirúrgicamente al paciente para reparar la válvula dañada. En caso que haya ocasionado una cardiopatía reumática, algunos pacientes deben tomar antibióticos por un largo periodo de tiempo o incluso por el resto de su vida.
La única forma de prevenir la fiebre reumática es tratando la faringitis estreptocócica tan pronto se presenten algunos de sus síntomas.
Por: Redacción Artritis y Reumatología