La balneoterapia o tratamiento en aguas termales es una de las opciones terapéuticas más antiguas para aliviar el dolor y mejorar el movimiento de las articulaciones. Esta terapia consiste en tomar un baño en agua con contenidos minerales.
Los pacientes con artritis reumatoide, artritis psoriásica, espondilitis anquilosante, artrosis y psoriasis encuentran en este tipo de terapias el alivio para el sufrimiento ocasionado por los síntomas. A pesar de la controversia que genera este método, diversas investigaciones han demostrado sus beneficios incluso para la fibromialgia.
El agua de este tipo de terapias tiene características específicas debido ya que proviene del interior de la tierra. Entre su composición mineral se destaca que es sulfurada, bicarbonatada y clorurado-sódica. Estas propiedades junto con la temperatura hipertermal promueven la reducción de la tensión muscular y la relajación.
De acuerdo con los especialistas, la terapia con agua mineral tiene efectos antiinflamatorios, analgésicos y facilita la movilidad articular, reduce la rigidez y combate el dolor. Además afirman que el empleo de esta terapia puede contribuir en el control de síntomas de reumatismos degenerativos y dolencias inflamatorias, como la ciática, la lumbalgia o la gota.
Es importante que si quieres complementar tu tratamiento con la balneoterapia lo consultes primero con tu reumatólogo ya que esta terapia es contraindicada para personas con hipertensión o dificultades cardíacas. Y si no puedes acceder con facilidad a este tipo de terapias puedes visitar un spa o incluso crear un ambiente similar en tu propia bañera.