Los espolones óseos son protuberancias que se forman en el sistema óseo. Por lo general suelen aparecer en las articulaciones y los huesos que conforman la columna vertebral y pueden causar dolor y rigidez en la zona donde se forman.
La causa más frecuente de este tipo de anomalía es el daño en las articulaciones, producido por enfermedades como la artrosis. Además se puede manifestar como un proceso natural causado por el envejecimiento y suele afectar zonas como la parte baja de la columna, los pies y las rodillas.
En la mayoría de casos las personas que padecen de espolón óseo no lo saben, debido a que no tienen síntomas de alerta. Esta afección provoca síntomas como dolor cuando hacen presión en otros huesos o provoca roce entre músculos y tendones, por esta razón se produce un desgaste progresivo de los tejidos y causa dolor.
Para realizar el diagnóstico de esta patología el médico tratante puede requerir radiografías que permitan observar los huesos y articulaciones y de esta forma detectar cualquier anomalía.
El tratamiento de los espolones óseos suele ser manejado mediante el suministro de medicamentos que permitan reducir el dolor como el ibuprofeno. Cuando el paciente presenta dolor crónico el médico tratante puede ordenar el uso de instrumentos ortopédicos como las plantillas para aliviar el dolor y dar amortiguación a la articulación.
En los casos más avanzados, puede requerir una intervención quirúrgica para extraer o extirpar la formación ósea que provoca las molestias. Sin embargo, por lo general con el suministro de analgésicos es suficiente para controlar esta patología.