Una de las herramientas más comunes a las que acuden las personas con reumatismo son las terapias de calor y frío que ayudan a mejorar los síntomas propios de la enfermedad que los afecta.
Los pacientes con enfermedades reumatológicas se enfrentan a fuertes episodios de dolor en las articulaciones. Estas se manifiestan en diferentes partes de su cuerpo, afectando principalmente rodillas, espalda y manos.
Para tratar estas afecciones, expertos enfatizan en la importancia de realizar constantemente actividad física, cuidar tu alimentación y buscar espacios o actividades de relajación que ayuden a aliviar la tensión en los músculos.
Es importante que sepas que el frío sirve para aliviar en caso de inflamación articular aguda y el calor en caso de inflamación articular crónica.
El calor
Muchas personas con afecciones en las articulaciones se sienten mejor en climas templados o cálidos, esto debido a que, el calor activa la circulación sanguínea mientras mejora la elasticidad de los tejidos, relajando así los músculos.
Puedes intentar también con:
- Baños termales
- Sauna
- Cataplasmas calientes
- Terapias con arcilla medicinal.
El frío
Cuando las articulaciones tienen coloración roja e inflamación lo mejor que puedes hacer es acudir a terapias con frío, pues este funciona como anti-inflamatorio y disminuye el dolor.
Puedes intentar con:
- Sumergir las partes doloridas en agua (helada o no).
- Compresas a base de acetato de aluminio
- Arcilla medicinal preparadas en frío,
- Aplicaciones de gel conservados en el congelador.
Algunos de estos tratamientos son fáciles de realizar en casa, es importante que en el caso de la aplicación de frío, lo hagas como mínimo por 10 minutos para que los músculos lleguen a rebajarse mientras se reduce el flujo sanguíneo.
Por: Redacción Artritis y Reumatología
4.5