La artritis reumatoidea (AR) es una enfermedad autoinmune inflamatoria crónica que afecta aproximadamente al 1 % de la población mundial. Puede aparecer a cualquier edad, con un pico de incidencia alrededor de los 50 años. Se caracteriza por el dolor y la inflamación de las articulaciones, y puede llevar al paciente a un rápido deterioro de su capacidad funcional, discapacidad laboral y disminución de la calidad de vida.
Según estudios, existiría un corto período de tiempo donde el tratamiento precoz e intensivo de la enfermedad podría modificar su curso natural. Hoy hay dos conceptos a tener en cuenta:
La aparición de la inflamación articular, no es el comienzo, sino la culminación del proceso inflamatorio y es ahí donde debemos focalizarnos, detectando tempranamente a quienes tengan riesgo aumentado de desarrollar la enfermedad (prevención primaria).
Existen factores genéticos y del medio ambiente que están involucrados, siendo el tabaquismo, la enfermedad periodontal y ciertos desordenes de la flora intestinal como potenciales disparadores de la enfermedad, también el antecedente familiar también se considera un factor de riesgo.
El doctor Marcos Rosemffet es médico reumatólogo (MN 70250) y especialista en ultrasonido articular y de partes blandas al estudiar por imágenes las artritis tempranas en su estudio de diagnóstico precoz y real de la enfermedad y comentó: “Debido a su naturaleza autoinmune es común la aparición de Anticuerpos (Ac), algunos muy específicos que pueden estar presentes muchos años antes de que comiencen los síntomas. Podemos encontrar pacientes que consulten por dolor o inflamación articular sin que cumplan en un principio los criterios que definen a la AR, lo cual se conoce como dolor clínicamente sospechoso, el cual incluye: comienzo reciente de síntomas, localización en las pequeñas articulaciones de la mano, rigidez matinal y dificultad para cerrar el puño”.
En los últimos años los estudios por imágenes fueron de gran ayuda para detectar pacientes con riesgo aumentado, siendo la ecografía articular uno de los más utilizados por el reumatólogo en la práctica diaria debido a que es más sensible que la clínica para detectar inflamación articular, permite realizar diagnósticos diferenciales y es un predictor de brote inflamatorio.
Recomendaciones terapéuticas
“En pacientes con sospecha de desarrollar artritis, debemos buscar factores que generen cambios en el estilo de vida, como por ej. evitar el tabaco, sugerir dietas saludables y un adecuado plan de ejercicios. Tener en cuenta antecedentes familiares, logrando de esa manera, consultas tempranas. Se necesita intensificar la comunicación con la población general y la comunidad médica en particular para la derivación temprana al reumatólogo, quien solicitara los análisis de laboratorio y las imágenes correspondientes”, agregó Rosemffet, que especificó que en el caso que exista inflamación articular establecida, lo más importante es iniciar rápidamente un tratamiento, teniendo en la actualidad un abanico enorme de posibilidades para controlar la patología.
En resumen, la presencia de dolor e inflamación articular que no tiene explicación por otras causas y que se mantiene en el tiempo, es un signo de alarma. Y que detectado precozmente puede evitar complicaciones en el futuro.
Por eso, es importante reforzar el concepto de ventana de oportunidad ya que el uso de las terapias más potentes actualmente disponibles será más efectivo cuanto menor sea la duración de la artritis lo que eventualmente conducirá a una menor probabilidad de incapacidad.