La esclerosis de Monckeberg es una enfermedad de baja prevalencia y causa desconocida; en la cual arterias de mediano y pequeño calibre sufren calcificación de la capa media generando una reducción de luz. Suele manifestarse por la aparición de úlceras de tipo arterial en la piel de extremidades superiores e inferiores.
Este tipo de esclerosis debe sospecharse en aquellos pacientes diabéticos y en personas de edad avanzada con signos y síntomas de enfermedad arterial periférica; o signos de obstrucción crítica o aguda; en los que se descarta un fenómeno aterosclerótico, embolico o autoinmune.
Considerando que su diagnóstico sigue siendo un hallazgo incidental en muestras histopatológicas y no existen a yudas diagnósticas de laboratorio o imágenes específicas de la enfermedad, la sospecha clínica es la piedra angular del diagnóstico y manejo médico, para evitar una progresión acelerada de la enfermedad y tratamientos innecesarios.
Su fisiopatología es poco clara. Se cree que la lesión se produciría por degeneración grasa de las células musculares lisas de la capa media; formando una masa que sufre una degeneración hialina y luego se calcifica. En general, la repercusión clínica es escasa porque la reducción de la luz es mínima; a menos que se sobreponga junto a un proceso de aterosclerosis, donde las manifestaciones clínicas se hacen más evidentes y graves.
En cuanto a su tratamiento no existen guías, se han propuesto quelantes de calcio como el tiosulfato de sodio. Pero ante la falta de estudios disponibles no se han logrado demostrar resultados significativos.