Osteoporosis es una enfermedad en la que los huesos se debilitan y son más propensos a fracturas. Se estima que unos 44 millones de estadunidenses están en riesgo de desarrollarla. Entre las alternativas de medicamentos que tenemos para tratar la osteoporosis, se encuentran los bifosfonatos, que se han utilizado con éxito desde 1995.
Los bifosfonatos son el tipo de medicamento utilizado con mayor frecuencia para tratar la osteoporosis. Mantienen los huesos fuertes al disminuir la velocidad con la que se deterioran.
Los bifosfonatos reducen el riesgo de fracturas de la columna y, en la mayoría de los casos, también reducen el riesgo de fracturas de cadera.
Los bifosfonatos limitan la actividad de determinadas células óseas, denominadas osteoclastos, que contribuyen al debilitamiento óseo y al deterioro que causa la osteoporosis.
Hay varios tipos de bifosfonatos disponibles, en pastilla o líquido. Algunos son intravenosos, lo que quiere decir que se inyectan a la vena en el consultorio médico u hospital.
Los siguientes bifosfonatos están aprobados por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de los Estados Unidos para el tratamiento de la osteoporosis:
- Fosamax (nombre genérico: alendronato sódico)
- Actonel (nombre genérico: risedronato)
- Boniva (nombre genérico: ibandronato)
- Reclast (nombre genérico: ácido zoledrónico)*
Fosamax y Actonel están disponibles en dosis diarias o semanales. Boniva puede tomarse una vez por mes o inyectarse cada tres meses.
Otros medicamentos son el Fosamax (Alendronate), Actonel (Risedronate), Atelvia (Risedronate), Boniva (Ibandronate) y Reclast (Zoledronic acid).
Estos medicamentos evidentemente funcionan. Se ha estado hablando de cuál es el periodo de tiempo óptimo durante el cual los pacientes deben tomar el medicamento para maximizar su efectividad y minimizar los efectos secundarios.
Estudios clínicos
Los estudios clínicos que miden la efectividad del uso de bifosfonatos a largo plazo muestran que algunos pacientes pueden dejar de usar bifosfonatos después de cinco años y aún siguen beneficiándose de su uso.
Se necesitan más investigaciones sobre el riesgo de fractura de hueso en los pacientes después de interrumpir el tratamiento con bifosfonatos y si volver a usarlos posteriormente, podría ser beneficioso.
Como siempre, cada paciente debe hablar con su médico sobre cuál es la mejor opción en su caso.
En general, los pacientes con bajo riesgo de fracturas (por ejemplo, pacientes jóvenes sin historial de fracturas y con densidad ósea cercana a la normal) pueden ser candidatos para descontinuar el tratamiento después de los cinco años.
Pacientes con mayor riesgo de fracturas
En cambio, pacientes con mayor riesgo de fracturas (por ejemplo, los pacientes mayores con fracturas previas y con densidad ósea dentro del rango de la osteoporosis) se benefician de continuar su tratamiento más allá de los cinco años.
Se recomienda, sin embargo, se detenga por 1 o 2 años, si ya tiene 10 años con el bifosfonato y su médico determine luego la necesidad de regresar al tratamiento.
¿Cómo trabajan estos medicamentos?
¿Por qué debemos detener estos medicamentos por algún tiempo? La respuesta es que el hueso está en un proceso continuo, donde hay unas células que “destruyen” hueso y otras que “construyen” y crean hueso nuevo.
Cuando un paciente está en tratamiento con un bifosfonato, éste actúa sobre las células que “destruyen” hueso, inactivándolas, disminuyendo el ritmo de la pérdida de hueso y dejando que las células que construyen sigan trabajando formando hueso nuevo.
Al detener el medicamento por un tiempo, permitimos que se reestablezca el proceso normal de formación ósea.
En octubre de 2010, se advirtió al público y a los profesionales de la salud sobre las fracturas atípicas en el fémur (se estima su ocurrencia entre 1-2%) y ya conocíamos de la posibilidad de necrosis de la mandíbula (2002).
La necrosis de la mandíbula ocurre principalmente asociada a pobre higiene, a la extracción de un diente o asociada a alguna cirugía dental, mientras se está usando el bifosfonato y también al uso de quimioterapias, corticosteroides y de inhibidores de angiogénesis.
Cabe señalar, que estos dos eventos ocurren en un por ciento bajo y que cada paciente hay que evaluarlo individualmente para decidir su mejor plan de tratamiento, evaluando riesgos vs. beneficios al tomar la decisión.
Se debe considerar detener los bifosfonatos antes de algún procedimiento dental invasivo, pero no hay suficiente data para recomendar el tiempo óptimo de interrupción.
Usualmente lo detenemos uno a dos meses antes del procedimiento y lo recomenzamos tan pronto el hueso haya sanado.
¿Qué debe hacer si está usando Bifosfonato?
1. Hable con su médico si debe continuar o no, su terapia de bifosfonatos si lleva cerca de 5 años en ellos.
2. No deje de tomar este tratamiento (ni ningún otro medicamento recetado) sin hablar primero con su médico.
3. Informe a su dentista sí está usando bifosfonatos antes de someterse a algún tratamiento dental.
4. Hable con su médico si desarrolla algún dolor en el muslo, cadera o el área inguinal mientras está usando algún bifosfonato. El dolor puede preceder una fractura semanas o meses antes de que ocurra una fractura completa. El médico debe evaluar ambas extremidades con placas.
5. Reporte cualquier efecto secundario al “FDA’s medwatch program”.
Parte de este artículo fue sacado de la página de “FDA’s consumer Updates” y también de la “información del Producto” (PI) de algunos bifosfonatos.