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Consejos sobre el embarazo para mujeres con enfermedades reumáticas

Las mujeres con artritis y otras enfermedades reumáticas pueden preocuparse por quedar embarazadas o incluso después de quedar embarazadas. En algunas mujeres con enfermedades reumáticas incluso se les puede aconsejar que no queden embarazadas.

Mujeres embarazadas con artritis y enfermedades reumáticas
La preocupación proviene de la incertidumbre acerca de cómo la condición reumática de una mujer afectará el embarazo, así como de cómo el embarazo afectará su condición reumática. Si tienes artritis y estás embarazada o si se está considerando la posibilidad de quedar embarazada, aquí hay algunas cosas importantes que debes saber.

1. Encuentra el cuidado adecuado

Con una observación minuciosa y un manejo médico adecuado, las mujeres con artritis u otras afecciones reumáticas pueden tener embarazos exitosos.

Es importante que las mujeres embarazadas con artritis estén bajo el cuidado de un obstetra para controlar su embarazo y de un reumatólogo para controlar su afección reumática. Los embarazos exitosos son posibles con el enfoque de equipo, pero no todos los embarazos estarán libres de complicaciones.

2. Cada condición es única

El efecto del embarazo sobre la enfermedad reumática varía de acuerdo con la afección específica.

El embarazo acompañado de artritis reumatoide, lupus, síndrome antifosfolípido y otras afecciones reumáticas tiene varias características y preocupaciones asociadas.

  • Las mujeres con artritis reumatoide suelen tener síntomas que mejoran durante el embarazo pero que vuelven a aparecer después del nacimiento del bebé. Durante el período de mejoría, puede ser posible reducir o suspender algunos medicamentos para la artritis.
  • Con el lupus, típicamente hay brotes de leves a moderados que ocurren durante el embarazo, así como después del nacimiento.
  • Es un trastorno autoinmunitario en el cual el cuerpo produce anticuerpos contra sus propios fosfolípidos o proteínas plasmáticas. El síndrome puede ocurrir con lupus eritematoso sistémico u otro trastorno reumático. Con esta afección, existe un mayor riesgo de coagulación sanguínea, aborto espontáneo o hipertensión durante el embarazo. El tiempo de entrega es el más crítico.
  • La hipertensión pulmonar, que a veces se asocia con esclerodermia, síndrome de Sjogren, lupus y síndrome antifosfolípido, puede empeorar con el embarazo; por eso no se recomienda el embarazo con esta afección.
  • Otras afecciones reumáticas, incluyendo esclerodermia sin hipertensión pulmonar, polimiositis, dermatomiositis y vasculitis, típicamente no son afectadas por el embarazo si las enfermedades están bajo control.

3. La función renal es importante

Las mujeres que tienen enfermedad renal relacionada con vasculitis, esclerodermia o lupus tienen un mayor riesgo de hipertensión severa y preeclampsia.

La probabilidad de un embarazo exitoso y saludable es mayor si la función renal y la presión arterial son normales y la enfermedad reumática de la paciente está inactiva o en remisión durante al menos 6 meses antes de la concepción. Esto es particularmente importante para las mujeres con lupus. Por el contrario, a las mujeres con función renal anormal, presión arterial incontrolada y enfermedad reumática activa se les aconseja por lo general que no queden embarazadas.

4. Anticuerpos Anti-Ro

El bloqueo cardíaco congénito puede ocurrir en un bajo porcentaje de bebés nacidos de mujeres con anticuerpos anti-Ro.

Los anticuerpos anti-Ro son más comunes en pacientes con lupus y síndrome de Sjogren. Los anticuerpos entran en la circulación fetal y dañan el corazón en desarrollo del bebé, lo que lleva a una frecuencia cardíaca peligrosamente baja. En algunos casos, el bebé puede necesitar un marcapasos. Las mujeres embarazadas con anticuerpos anti-Ro deben ser observadas y monitoreadas de cerca. Los anticuerpos anti-La también pueden ser problemáticos durante el embarazo.

5. La inflamación puede ser problemática

La inflamación, que es prominente durante la enfermedad reumática activa, y algunos medicamentos utilizados para tratar la inflamación pueden ser problemáticos durante el embarazo.

Sería óptimo que las mujeres no tomaran ningún medicamento hasta que terminen el embarazo y la lactancia. Sin embargo, no es una situación óptima estar embarazada y tener una enfermedad reumática, por lo que debe tenerse en cuenta. Si se elimina la medicación necesaria para mantener la enfermedad de una mujer bajo control, el riesgo de una enfermedad no controlada debe sopesarse con los riesgos potenciales para el feto.

6. Prepárese antes del embarazo

Las mujeres que consideran el embarazo deben tener su condición reumática bajo control durante al menos 3 a 6 meses antes de intentar quedar embarazadas.

Se recomienda que todas las mujeres con enfermedad reumática sean asesoradas por un reumatólogo y un obstetra antes de intentar quedar embarazadas. De esta manera se puede evaluar el riesgo de complicaciones y se puede establecer un plan para controlar tanto la enfermedad reumática como el embarazo.

7. Visita regularmente a tu médico

Las mujeres con bajo riesgo de complicaciones deben consultar a su reumatólogo a intervalos regulares de 3 meses para mantener la coherencia con la evaluación y el tratamiento de la enfermedad.

Las mujeres que se consideran de alto riesgo de complicaciones también deben tener un equipo obstétrico con experiencia en embarazos de alto riesgo. Se necesitarán visitas más frecuentes y monitoreo a medida que avance el embarazo.