Por: Redacción Artritis y Reumatología
BBC Mundo
Farah Khaleck tenía apenas 17 años cuando comenzó a percibir cambios en la piel. “Los primeros síntomas fueron que se me endurecieron la piel y el cuerpo, lo que redujo mi capacidad de movimiento”, afirmó Farah. La esclerodermia es una enfermedad autoinmune que provoca endurecimiento y estiramiento de la piel y los tejidos conectivos. Esta afección afecta actualmente a tres de cada 10.000 personas y suele afectar los antebrazos y la parte inferior de las piernas de quien la padece. Además, se puede manifestar debajo de los codos, rodillas, rostro y cuello.
“Estaba en la India cuando el doctor me dijo que lo que tenía era esclerodermia, y que era una enfermedad incurable. Me dio esteroides y me dijo que eran para controlar los síntomas. Y yo dije: ‘¿Cómo que no tiene cura? Tiene que haber una cura'”, añade Farah.
“Antes estaba muy enojada. Me daba miedo mirarme al espejo”, explica. “Perdí mucho peso, se me cayó el pelo… La enfermedad me cambió por completo”.
Transcurridos catorce años viviendo con la enfermedad, Khaleck decidió inspirar a otras personas a quererse a sí mismas teniendo en cuenta su experiencia.
Según Khaleck, fue una experiencia horrible hasta que logró percibir la enfermedad de una manera diferente. Ahora Khaleck utiliza su historia para inspirar y ayudar a otras personas.
“Siento la necesidad de ayudar a la gente a aceptarse y quererse a sí misma”, concluye.