Redacción Artritis y Reumatología
La calcificación es una acumulación de calcio o de sal en un tendón. Este proceso se puede dar luego de que un tejido se ha lesionado varias veces, pues las células se desorganizan y no logran recuperar el tejido dañado. La respuesta del cuerpo ante este proceso es enviar cristales cálcicos al tendón, lo que provoca que éste se calcifique.
Las causas de este proceso de calcificación son varias:
- Sobrecarga mecánica: es decir una actividad continua donde se ve afectado el tendón.
- Envejecimiento de los tejidos: las paredes de los vasos sanguíneos se inflaman con la edad lo que provoca menor intercambio de oxígeno lo que provoca que sean sustituidos por fibrosis.
- Mala alimentación: El consumo de algunos alimentos genera exceso de cristales en el cuerpo que no son metabolizados, por lo que suelen situarse en zonas del cuerpo como los tendones.
- Genética: Algunas personas tienden a generar más calcificaciones por una predisposición de hereditaria.
Las calcificaciones tendinosas producen dolor al realizar algunos movimientos. Los síntomas se pueden confundir con el dolor producido por la contractura de los músculos, por lo que la mejor forma de saber si es una calcificación de los tendones es por medio de una radiografía, un método efectivo que confirma el diagnóstico sin necesidad de realizar otros exámenes que pueden resultar dolorosos para el paciente.
Existen distintas formas de tratar esta enfermedad, esto deberá ser analizado y recetado por el especialista y pueden ir desde tratamientos basados en fármacos hasta la cirugía para romper las calcificaciones de los tendones.
Algunas de las calcificaciones más comunes son:
- Calcificación del manguito rotador
- Espolón calcáneo
- Calcificación del talón de Aquiles
Según expertos la forma de prevenir la calcificación tendinosa es por medio de masajes especializados para cada zona. Los fisioterapeutas son profesionales capacitados que pueden orientar a los afectados por calcificación sobre esta técnica preventiva o de tratamiento.