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Mejora tu escoliosis con Pilates

Mejora tu escoliosis con Pilates

El método Pilates provee un entrenamiento completo para mejorar la fuerza, la flexibilidad y la conciencia postural. Su filosofía integra la mente con el sistema músculo-esquelético. 

En este sentido, la escoliosis es una enfermedad crónica que progresa con el devenir del tiempo. El Pilates contribuirá a evitar que empeore con el paso del tiempo gracias al trabajo muscular que se realiza.

Los beneficios de la técnica Pilates en casos de escoliosis incluyen los siguientes:

Detiene su progreso: A través de la actividad regular, nos aseguraremos de que no haya deterioro ni se pase a una etapa más avanzada.

Alivia el dolor: Como resultado de los ejercicios que fortalecen toda la musculatura, se reduce el dolor que puede ocasionar.

Fortalecimiento muscular de la totalidad de la zona: Los ejercicios tonifican y estiran el conjunto de los músculos que rodean la columna vertebral y, en consecuencia, fortalecen toda la zona afectada.

Corrige la alineación del cuerpo: La reeducación de la postura es esencial para mejorar la escoliosis y Pilates lo logra. Con este método aprendemos a estabilizarnos.

Ejercicios

Existen ejercicios de Pilates que están particularmente recomendados cuando se padece esta afección en la columna vertebral. Los especialistas recomiendan los siguientes:

Swimming:

Acostado boca abajo con las piernas sobre las caderas. Conéctate con el core y estira los brazos hacia adelante con los hombros alejados de las orejas. Los brazos, las piernas y la cabeza se levantan ligeramente del suelo manteniendo la mirada en el colchón. Desde esta posición, alternar el brazo y la pierna opuestos como si nadara tipo croll, inhala y exhala. No te levantes demasiado. Tienes que pensar más en estirar que en levantar. Repite el ejercicio 5 o 6 veces de cada lado.

Pelvis curl:

Recostado boca arriba con las piernas flexionadas sobre las caderas, se separa la columna vertebral del suelo vértebra por vértebra. Se inspira para prepararse y al exhalar comienza a desprenderse lenta y progresivamente del colchón, el sacro, la zona lumbar hasta que se apoya en los omóplatos -no en los hombros ni en el cuello-. Esta posición se mantiene tomando aire y cuando se libera se tira del ombligo hacia la columna vertebral y se baja de la vértebra a la vértebra golpeando la lumbar ante el sacro. Repita la secuencia 5 o 6 veces.

Superman:

En posición de cuadrúpedo, se respira profundamente y al exhalar por la boca, activando el core, se estira el brazo derecho y la pierna izquierda al mismo tiempo. Al inhalar, se vuelve a la postura inicial y al exhalar de nuevo, se estira el otro brazo y la otra pierna.

Side to side:

Tumbado de espaldas en el colchón. Luego, coloca las piernas a 90 grados y los brazos ligeramente abiertos a los lados, presionando el suelo con las palmas de las manos. Inhala y deja que las rodillas caigan hacia la derecha y la cabeza hacia la izquierda. Cuando el aire sea liberado, lleve todo al eje central. Luego repita al otro lado.

Recuerda que debes realizar estos ejercicios bajo supervisión de un especialista. Tu monitor de Pilates debe estar específicamente formado en esta disciplina y tener un amplio abanico de conocimientos anatómicos y sobre las posibles patologías que padeces.