La fatiga es uno de los síntomas relacionados con la espondilitis anquilosante, por ello te damos algunos consejos para que puedas conservar tu energía y para utilizarlas en las actividades realmente necesarias.
Las cosas a tu ritmo
Selecciona las tareas que representan una prioridad para ti, así evitarás perder tu energía en actividades que no son importantes. No te guíes por el ritmo de los demás y si es necesario cambiar la forma de hacer las cosas hazlo, no lo dudes.
Una postura adecuada
Mantener una postura que te haga hacer demasiado esfuerzo durante un tiempo prolongado no es muy bueno para tu salud y menos cuando tienes una condición reumática como la espondilitis anquilosante. Para ello, busca corregir tu postura haciendo que tu espalda y articulaciones no se vean afectadas.
Planifica tu tiempo
Incluye en tu jornada laboral periodos de descanso, después de cuatro horas de trabajo es muy probable que sientas fatiga así que organiza tu tiempo.
Simplifica tu trabajo
Analiza tus labores diarias y busca la manera de realizarlas de una manera más simple. La tecnología puede ser tu aliado así que busca dispositivos que te ayuden a hacer tu vida más fácil. De esta manera evitas fatigarte y guardar energía para el resto del día.
Ten rutinas de ejercicio
Prepara las rutinas de ejercicio teniendo en cuanta las recomendaciones de tu especialistas, con el fin de desarrollar un plan de entrenamiento de acuerdo a tus necesidades.
El ejercicio es una de las actividades más importantes para las personas con espondilitis anquilosante y a su vez representa un gran reto para estos pacientes. Al principio te costará un poco, pero con el entrenamiento progresivo verás cómo mejora tu cuerpo.
Recuerda que la mejor forma de ver resultados con el ejercicio es la constancia.
Duerme lo necesario
No les restes tiempo a tu momento de descanso, esto solo aumentará la fatiga.