La artrosis puede empezar a dar las primeras señales cuando se es joven. Se trata de un envejecimiento de los huesos, sin embargo, la artrosis no es un proceso inevitable, ni hay que resignarse a sufrirla.
Si de vez en cuando se queja de dolor de huesos no lo deje pasar, actuar ante los primeros síntomas puede prevenir la artrosis en el futuro. Esta enfermedad afecta sobre todo las articulaciones y si ya ha empezado a desarrollarse, hay formas para aliviar las molestias.
Que aparezca dolor sin saber la causa y crujidos en los huesos puede estar indicando que hay un principio de artrosis. Es cierto que hay más riesgo de que eso ocurra a medida que se van sumando años, pero hay casos en los que aparece de forma precoz a los 40 o 50 años.
Los kilos de más, una práctica excesiva de deporte o algún deporte estructural en la columna o tener una cadera más alta que otra, que algo muy habitual y muchas sufren aunque desconocen, puede hacer que las articulaciones se desgastan antes de tiempo.
Los primeros 4 síntomas de la artrosis
El dolor en las articulaciones es el que se tienen que tener presente, pero el cuerpo puede enviar otros avisos de que quizá tenga artrosis o esté empezando a desarrollar.
1. Dolor: existen dos tipos de dolor muy característico de la artrosis, por un lado, el que se presenta después de realizar un esfuerzo físico y mejora con el reposo y por otro lado, el que aparece tras estar un rato sentado y desaparece al cabo de unos minutos después de volver a la actividad. También puede sentir que al levantarse por la mañana el dolor es más suave pero aumenta a medida que pasan las horas.
2. Cambios del tiempo: aunque los expertos no se acaban de poner de acuerdo en la influencia de la climatología en los síntomas, diversos estudios sostienen que el dolor es las articulaciones pueden aumentar cuando llueve. El Hospital Universitario Thomas Jefferson de Filadelfia (EE.UU), ha demostrado que uno de los factores que puede hacer fluctuar los dolores articulares son las condiciones atmosféricas. Los cambios de presión que se producen cuando se avecina una tormenta puede intensificarlos. Y es que los nervios sensoriales que tienen las articulaciones reaccionan a los cambios de presión externa.
3. Se escuchan crujidos: sentir crujidos en las articulaciones se le denomina crepitación, al realizar un movimiento brusco, al levantarse, estirarse, es un síntoma temprano que podría indicar que el cartílago de las articulaciones se está deteriorando. Ocurre porque hay un desgaste de la almohadilla que impide que un hueso roce con otro.
4. Menos movilidad: La limitación o dificultad para realizar ciertos movimientos es a menudo una de las señales más evidentes de la artrosis. La deformidad puede ser otro signo tardío de la enfermedad.
Causas de la artrosis cuando se es joven
Algunos, como la edad, no se puede modificar ni evitar, pero otros como los hábitos cotidianos , sí dependen de usted. Corregirlos puede ayudarle a prevenir la artrosis o al menos frenar su evolución.
Obesidad: tener sobrepeso hace que irremediablemente se sobrecarguen las articulaciones de apoyo y soporte, como las rodillas, la columna lumbar o las caderas. Además recientes estudios han demostrado que el exceso de grasa corporal provoca inflamación a nivel sistémico que acaba afectando a las articulaciones y favoreciendo la artrosis.
Movimientos repetitivos: algunas actividades, laborales o no, comportan que determinadas articulaciones reciban microtraumatismos de repetición , que hacen que el cartílago se desgaste de forma prematura. Adoptar medidas de higiene postural en el trabajo ayuda a reducir su impacto y en el ámbito privado conviene dosificar aquellas tareas que suponen movimientos repetitivos, como planchar, atornillar, etc.
Deporte: según expertos, el problema en sí no está en su práctica sino en hacerlo de forma inadecuada, lo que puede dañar los cartílagos de las articulaciones. No se trata de no hacer deporte, sino de escoger el tipo de ejercicio más adecuado a las condiciones físicas de cada uno, adaptarlo a estas y practicarlo de forma correcta.
Antecedentes: Una parte de nuestro problemas de salud articular puede estar ligada a la genética, tanto en lo que se refiere a la aparición como a la evolución de los mismos.