Las fracturas en niños y adolescentes se producen con cierta frecuencia y, por lo general, no se deben a osteoporosis, no obstante cada vez se diagnostica más en niños normalmente asociada a enfermedades crónicas, genéticas o por el efecto secundario de un tratamiento.
La osteoporosis puede deberse a una enfermedad genética que, por lo general, se presenta con fracturas a edades tempranas (incluso durante el embarazo) o más frecuentemente puede ser asociada a enfermedades crónicas como las enfermedades reumáticas, enfermedades tumorales, digestivas, endocrinológicas, neuromusculares etc, y determinados tratamientos que se emplean en las mismas, fundamentalmente los corticoides; además existen otros tratamientos que también pueden producirla o favorecerla son los quimioterápicos y los antiepilépticos.
Esta condición es una enfermedad geriátrica que comienza en la edad pediátrica, durante la adolescencia “se adquiere el ‘pico de masa ósea’ que supondrá el capital óseo para el futuro”. En este sentido, cada vez es más frecuente que la población juvenil realice actividades que favorecen el sedentarismo, con limitada exposición solar; además cada vez se consumen menos productos lácteos y derivados, lo que predispone a una mala salud ósea con riesgo de fragilidad en el futuro.
CAUSAS Y TRATAMIENTO
Por lo general, en las consultas se observa la osteoporosis infantil cuando está asocia a enfermedades inflamatorias crónicas como las reumatológicas, por ejemplo, la artritis idiopática juvenil y el lupus eritematoso sistémico, ya sea por la propia enfermedad en sí, por sus tratamientos o por ambas cosas, y las que afectan al aparato digestivo (enfermedad inflamatoria intestinal); también en las enfermedades neuromusculares como consecuencia, entre otros factores, de la inmovilización prolongada; así como en niños supervivientes de cáncer.
Otro aspecto reseñable para el especialista es que “durante la adolescencia se producen trastornos de la conducta alimentaria como la anorexia nerviosa que se acompañan con mucha frecuencia de osteoporosis”.
En la actualidad, se dispone de métodos diagnósticos como la densitometría adaptada a la población pediátrica que permite valorar la masa ósea y ayudar al diagnóstico de la osteoporosis cuando hay fracturas y también realizar su seguimiento.
Existen tratamientos específicos para las osteoporosis graves -ya sean las genéticas o las secundarias- que han demostrado ser seguros y también eficaces en muchos casos pero que deben prescribirse en centros especializados y en casos seleccionados.