La artrosis es una enfermedad crónica que afecta las articulaciones, los componentes del esqueleto que permite la conexión entre dos huesos y el movimiento. Provoca el deterioro del cartílago articular, el tejido encargado de recubrir los extremos de estos huesos, un desgaste en el que el hueso reacciona y crece por los lados (osteofitos) produciendo la deformación de la articulación.
Los huesos del esqueleto se unen entre sí por medio de articulaciones que actúan como bisagras que permiten el movimiento. Las superficies óseas se encuentran revestidas por cartílago que es la superficie que evita la fricción y rodeadas de líquido sinovial que evita la fricción y reforzadas por tendones, músculos y ligamentos”, afirmó Gonzalo Yamauchi, presidente de la Asociación Latinoamericana de Medicina Musculoesquelética (LAOM).
La afección localizada generalmente en las articulaciones de carga, como la cadera y la rodilla también puede aparecer en manos, el dedo gordo del pie y la columna vertebral (cervical y lumbar). “cualquier articulación del cuerpo puede presentarla” asegura Yamauchi. Si bien la presentación es variable, los síntomas más frecuentes son dolor, rigidez, inflamación, crujido y deformación.
Se estima que la artrosis afecta al doble de mujeres que hombres y para en las personas con sobrepeso, esta cifra se aproxima al 75%. De hecho, se calcula que cada 400 gramos de sobrepeso el estrés de la articulación de rodilla aumenta de tres a cinco veces. La patología además se vincula a episodios de ansiedad y depresión, de acuerdo a un estudio de la Sociedad Española de Médico de atención primaria.
En cuanto a los abordajes terapéuticos, el experto apunta que suelen indicarse analgésicos o antiinflamatorios como primera línea en el tratamiento para el dolor. Sin embargo, este tipo de medicamentos solo calman momentáneamente el dolor don atacar la causa. “los antiartrósicos por vía oral se indican para mejorar el estado articular, pero evidencia científica no demostró claramente los beneficios con la utilización de estos medicamentos”
Existe alternativas para evitar las cirugías en las artrosis, conocidas como técnicas regenerativas, que llevan al paciente a la curación o un menor grado de afectación.
“En el mundo se están utilizando tratamientos que apunten a regenerar el cartílago y que ese cartílago sea de buena calidad de colágeno, así como dar fuerza a la cápsula articular. Este tipo de tratamientos son llamados tratamientos regenerativos, la proloterapia, el plasma rico en plaquetas utilizado dentro de la articulación y las células madres” concluye.
El plasma rico en plaquetas es una técnica que se hizo famosa por su uso para reducir arrugas y contrarrestar la celulitis, pero luego se supo sobre la capacidad de regeneración de tejidos que produce mejoras en casos de artrosis, tendinitis y un gran número de lesiones deportivas.
Otra variante para evitar el daño y promover la regeneración del cartílago es acudir al colágeno tipo II que es una opción que ayuda a devolver la movilidad y la flexibilidad a las zonas afectadas por dolores articulares o inespecíficos de cadera, rodilla, muñeca, manos y tobillo, entre otras articulaciones. La ingesta de colágeno tipo II sin desnaturalizar (UCII) estimula al organismo para que active la autoproducción de colágeno.
Siguiendo esta línea se desarrollan productos inocuos empleados en materia de cuidado de las articulaciones. Estos están indicados para deportistas de todo tipo como tenistas, esquiadores, ciclistas articulares precisos (roturas, daños) y mujeres premenopáusicas. La corporación del colágeno tipo II son desnaturalizar en forma de suplemento dietario consigue un fortalecimiento de los cartílagos.