Miles de mujeres pasan sus días intentando cuidar sus huesos y evitar fracturas sin saber que a veces lo que está debilitándose son los fármacos que toman. Le contamos cuáles son y cómo paliar sus efectos.
La mitad de la población toma algún fármaco antes de acudir a la consulta del médico, muchas veces es un intento de evitar esa visita.
Sin embargo, que se esté bien informado de las consecuencias de la automedicación e incluso de la medicación regulada porque todos los fármacos tienen algún efecto secundario cobra cada día más sentido. Sobre todo si el resultado es una osteoporosis.
Los fármacos debilitadores de hueso
Probablemente ya sabe que para cuidar sus huesos debe asegurarse el aporte necesario de calcio y vitamina D, hacer ejercicio moderado habitualmente, no beber alcohol en exceso y dejar hábitos como el tabaco.
Pero quizá no haya tenido en cuenta que hay una serie de fármacos más rápido de lo que debería. Tome nota y si es de las que necesita medicamentos, tome medidas para intentar contrarrestar sus efectos.
A veces los corticoides o derivados de la cortisona se hacen necesarios para frenar determinados procesos que pueden dañar seriamente el organismo. Así, los médicos recomiendan en muchos casos seguir un tratamiento con ellos si se padece algún trastorno inflamatorio como artritis, neumonitis y miocarditis.
Si la duración es inferior a tres meses no suele haber problemas, pero si se supera ese tiempo de tratamiento y además se toman dosis superiores a 5 mg por día, el fármaco corticoide puede empezar a dar problemas en el hueso. Se ha comprobado que lo debilita de tres formas diferentes:
– Disminuyendo la cantidad de calcio que se puede aprovechar de los alimentos y aumentando la pérdida de ese mineral a través de la orina.
– Estimulando la destrucción de huesos por parte de las células y obstaculizando la formación de hueso.
– Reduciendo la producción de estrógenos en las mujeres y de testosterona en los hombres, lo que también acaba favoreciendo la pérdida de calcio.
Si no tiene más remedio que seguir la terapia con estos medicamentos, pregunte a su médico si en su caso necesita seguir alguna otra medida como tomar suplementos de calcio y vitamina D para impedir esas consecuencias.
No abuse de los antiácidos
Los más extendidos, conocidos como inhibidores de la bomba de protones, sirven para regular l os niveles de acidez en el jugo gástrico y por eso se suele recomendar cuando existe alguna enfermedad gastrointestinal o una úlcera péptica. De hecho, es uno de los medicamentos más utilizados y muchas veces sin receta médica.
Al igual ocurre con los corticoides, un uso prolongado durante más de un año y aunque se hagan periodos de descanso pueden alterar el funcionamiento normal de la destrucción de hueso.
Modificar su alimentación y hacerla más suave con menos condimentos fuertes, sirviendo raciones más pequeñas y haciendo preparaciones menos grasas para no tener que recurrir con demasiada frecuencia a este tipo de fármacos.
Hacer ejercicio porque se ha comprobado que también ayuda a mejorar las digestiones. Deje pasar al menos una hora desde la comida para dar tiempo a que se inicie el proceso digestión y por la noche, en que quizá disminuye un poco el ritmo del organismo y se digiere más lentamente, elige ejercicios suaves como las caminatas.
Los anticoagulantes también los debilitan
Su finalidad es mantener la sangre más líquida en personas con probabilidades altas de que se formen trombos. Sin embargo, se sabe que tomarlos pueden provocar un déficit o falta de vitamina K en el organismo.
Se trata de una vitamina totalmente necesaria para el hueso, puesto que ayuda a que se produzca osteocalcina, una hormona esencial para tener huesos fuertes.
Personas con más riesgo
Quién tiene más probabilidades de encontrarse en la situación mencionada, es decir, que sus huesos se acaben debilitando de forma rápida debido a la toma de estos medicamentos son:
– Las mujeres en edad menopáusica, es la etapa en la que desciende en picado el nivel de estrógeno.
– Las personas que ya han tenido varias fracturas previas.
– Los individuos jóvenes deben tomar dosis muy altas de los fármacos debilitadores del hueso.
El hecho de ser hombre no protege, al contrario de lo que cree. Es cierto que ellos sufren un menor grado de osteoporosis, pero también lo es que los hábitos de vida pueden destruir igualmente sus huesos, con lo que pueden sufrir también este trastorno óseo.