La artritis, o la inflamación en las articulaciones, es un síntoma de algunas enfermedades pues afecta de manera significativa las actividades cotidianas. Hay una serie de condiciones en las que se produce la artritis, desde la osteoartritis hasta la artritis reumatoide, que afecta a más de 54 millones de estadounidenses.
La osteoartritis es una condición principalmente degenerativa de las articulaciones, las más afectadas son las articulaciones que soportan peso o se usan con mayor frecuencia como la rodilla o el hombro.
Otras enfermedades inflamatorias suelen ir acompañadas de artritis, como la artritis reumatoide, psoriásica, juvenil, así como la espondilitis anquilosante.
El tratamiento de la artritis depende de la causa subyacente, así como de la salud del paciente. El especialista con frecuencia receta medicamentos como los antiinflamatorios y analgésicos, los antiinflamatorios no esteroideos se utilizan con más frecuencia, pero tienen importantes riesgos cardiovasculares a largo plazo.
Otros medicamentos incluyen fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad como el metotrexato o sulfasalazina que por lo general tienen el objetivo de suprimir la reacción inmunológica hiperactiva que desencadena la artritis en muchas afecciones autoinmunes. Los productos biológicos constituyen una tercera vía de tratamiento que también se dirige al sistema inmunológico en un paso concreto y no al revés.
Los efectos secundarios asociados al uso de muchos fármacos han llevado a una búsqueda interminable de tratamientos menos severos. Muchos de ellos se clasifican como terapias alternativas o complementarias y sus beneficios, así como los riesgos, en su mayoría las nuevas alternativas no están aprobados por ensayos rigurosos y científicamente diseñados. Sin embargo, muchos de ellos son elogiados por pacientes que han encontrado alivio a través de su uso. Dos de ellos son la reflexología y el masaje.
Reflexología
La reflexología es el término que se da a la aplicación de diversos grados de presión en áreas específicas de los pies, como medio para inducir la relajación y aliviar el estrés. Estos se llaman puntos de reflejo y se dice que cada uno de ellas se asocia con una estructura o un órgano del cuerpo. Las zonas elegidas son las que corresponden a las zonas dolorosas del cuerpo, según la teoría de la reflexología.
Los reflexólogos creen que los problemas del cuerpo se revelan en la zona correspondiente del pie. Estos se representan en un gráfico estándar que se utiliza para seleccionar las zonas a las que se va a aplicar la presión, utilizando un método específico.
Una sesión de reflexología puede durar una hora durante la cual se hace primero una historia detallada sobre el estilo de vida, las enfermedades pasadas y el problema actual. Después de un cuidadoso examen de los pies, primero se masajea suavemente todo el pie para relajarlo, posteriormente se trata la zona específica del pie.
Muchos quiroprácticos y fisioterapeutas ofrecen tratamiento reflexológico. La mayoría de médicos modernos recomiendan que este modo de tratamiento se tomará junto con los métodos de tratamientos convencionales para complementarlos en lugar de reemplazarlos.
Pruebas para la reflexología
Varios estudios han sugerido que los pacientes experimentan un alivio del dolor, tienen menos ansiedad y niveles de estrés más bajo y mejoran el sueño. No se conocen efectos adversos. Un ensayo realizado en Turquía también encontró significativamente menos dolor y mejor sueño en los pacientes con artritis reumatoide después de un ensayo de seis semanas de esta técnica.
Masaje
El masaje se ha utilizado durante años para aliviar el dolor debido a la inflamación de las articulaciones. Se basa en la manipulación física de los tejidos blandos, para fomentar la circulación, eliminar los factores inflamatorios y aliviar los espasmos musculares.
Se conocen muchos tipos de masaje incluyendo el masaje clásico o sueco que es el más popular, así como el masaje clínico, el masaje deportivo y las técnicas de masaje oriental.
El masaje es una técnica que involucra tanto a la mente como al cuerpo ya que proporciona una sensación de relajación y comodidad independientemente del resultado clínico real. Aunque se ha utilizado automáticamente durante años para aliviar las partes del cuerpo lesionada, en todas las culturas se ha hecho muy poca investigación moderna sobre el masaje para la osteoartritis.
La evidencia de los masajes
Los pocos estudios que se han llevado a cabo involucran a un pequeño número de pacientes, pero hay algunas pruebas que indican que, si alivia el dolor y la rigidez, mejora la función de las rodillas, al menos durante un corto tiempo. A largo plazo, sin embargo, la mejoría se aplana y un mayor masaje no parece tener mejores resultados que con los cuidados habituales.
Los efectos secundarios graves como los coágulos de sangre son raros y en su mayoría son el resultado de un masaje muy vigoroso o se producen en personas frágiles o de edad avanzada. El masaje en pacientes con artritis debe tener en cuenta el aumento de la sensibilidad y la propensión a la inflamación de estas articulaciones en comparación con el masaje en personas sanas.
Otro estudio muestra que el beneficio más significativo del masaje para los pacientes con osteoartritis de rodilla en términos de rentabilidad viene con un solo masaje durante 60 minutos una vez a la semana sobre la articulación afectada. Este estudio también confirma que los beneficios disminuyen con el tiempo hasta el punto de que los pacientes sin y con masaje tienen mejoras similares en el dolor y en los resultados de la función articular con un seguimiento a largo plazo, en comparación con su estado al comienzo del estudio. Por lo tanto, el masaje puede ayudar a los pacientes a corto plazo, pero no parece ser una terapia eficaz a largo plazo.
En conclusión, este tipo de terapias pueden complementar los fármacos para la artritis, con beneficios psicológicos y funcionales al menos a corto plazo. Se requiere más investigación para aclarar la duración de su beneficio y su modo de acción.
