Un estudio piloto demostró que estimular el nervio vago consiste en buenos resultados en pacientes que no responden a los tratamientos disponibles.
A pesar que los avances en el desarrollo de fármacos antirreumáticos destinados a controlar la inflamación causada por la artritis reumatoide (AR), entre un 40% y 60% de los pacientes afectados por esta enfermedad responden inadecuadamente a los tratamientos, según explica John M. Davis, profesor de la Facultad de Medicina de Mayo Clinic , en un artículo publicado esta semana en Clinical Therapeutics.
Los resultados de un estudio piloto, sugieren que la electroestimulación de uno de los nervios que conectan el cerebro con el cuerpo (el nervio vago), podría proporcionar un novedoso enfoque de tratamiento para pacientes con esta enfermedad.
“Resulta un desarrollo realmente emocionante porque para muchos pacientes que sufren de artritis reumatoide actuales no funcionan o no son tolerados”, explica el profesor Thomas Dorner, presidente del Comité Científico del Congreso. “Estos resultados abren la puerta a un enfoque para tratar no solo la artritis reumatoide, sino también otras enfermedades inflamatorias crónicas. Este es, ciertamente, un área para un estudio adicional”.
Es un abordaje absolutamente diferente a todas las estrategias emprendidas hasta ahora. Se ha realizado en pacientes en los que han fallado todos los tratamientos disponibles y se ha visto que no solo reduce el dolor, que parece lo más fácil, sino que ha producido una mejoría en la inflamación articular y un mejor control de la enfermedad.
En caso de que se pruebe que esta estrategia funciona sería importante para aquellos que no responden a los tratamientos, aseguró Francisca Sivera, quien es miembro del Comité de Educación y Formación Eular. No obstante, puntualiza, se trata de una prueba de concepto, es decir, un primer acercamiento a una idea novedosa y poco ortodoxa, que en caso de dar resultados, dará pie a la puesta en marcha de un ensayo clínico en el que se demuestre a mayor escala si es realmente efectivo.
El nervio vago es el más largo y el más complejo de los 12 pares de nervios craneales que se originan en el cerebro. El nombre le viene de la palabra latina para vagar. Esto es porque el nervio vago va del cerebro a los órganos del cuello, el pecho y abdomen.
Recientes avances en neurociencia e inmunología han logrado mapear los circuitos en el cerebro que regulan las respuestas inmunes. En uno de esos circuitos, el del reflejo inflamatorio, las señales son transmitidas en el nervio vago que inhibe la producción de citoquinas, incluidas el factor de necrosis tumoral (TNF), una molécula inflamatoria que es un objetivo terapéutico importante en la artritis reumatoide. Se piensa que, al estimular la actividad de este reflejo inflamatorio, las respuestas del sistema inmunitario innato pueden ser moduladas sin eliminar o producir una inmunosupresión significativa.
En este estudio piloto, se implantó un nuevo neuroestimulador miniaturizado llamado “Micro Regulador” en 14 pacientes con la enfermedad y en los que había fallado al menos dos productos biológicos o terapias orales con diferentes mecanismos de acción. Los pacientes fueron aleatorizados en tres grupos: Uno recibió placebo; otro estimulación una vez al día y en el tercero cuatro veces al día durante 12 semanas. Al final del ensayo se demostró que los pacientes que recibieron estimulación una vez al día tenían mejor respuesta que lo que lo hicieron cuatro.
“Nuestro estudio piloto sugiere que este nuevo dispositivo es bien tolerado y reduce los signos y los síntomas de la artritis reumatoide”, aseguró Mark Genovese, profesor de medicina de la Universidad de Stanford.”Estos datos apoyan el estudio de este dispositivo en un ensayo más grande controlado con placebo como un nuevo enfoque de tratamiento para artritis reumatoide y posiblemente otras enfermedades inflamatorias crónicas”, indicó.
El trabajo es una prueba de concepto que utilizó estimuladores de epilepsia reprogramados en el nervio vago para demostrar una inflamación sistémica reducida y una mejor actividad de la enfermedad en 17 pacientes con artritis reumatoide. Incluyó 14 pacientes con enfermedad activa que habían tenido una insuficiencia respuesta a más de dos fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad biológica o inhibidor de JAK con más de dos modos de acción.
La artritis reumatoide es un trastorno inflamatorio autoinmune crónico que puede conllevar graves problemas de salud. Se estima que afecta al 1% de la población a nivel mundial. Entre sus principales consecuencias se encuentra la inflamación de las articulaciones y dolor en las mismas. No obstante también puede afectar a otros órganos del cuerpo como la piel, los ojos, los pulmones, el corazón o los vasos sanguíneos.