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¿Dolor en las muñecas? Los síntomas de una fractura

La fractura del radio distal, uno de los huesos que componen la muñeca, es algo muy frecuente. Suele ocurrir tras una caída en la que en la que en un intento de amortiguar el daño, se apoya la mano en el suelo.

A tenor de lo que dicen las estadísticas, esta es una fractura típicamente femenina.

La mayoría de veces se produce debido a una caída, aunque también puede pasar en la práctica de algunos deportes o en una accidente de tráfico y que como acto reflejo, se apoya la mano en lugar de intentar girar el cuerpo y que sea un brazo, por ejemplo el que reciba el impacto.

Por lo general, quien se ha fracturado un hueso conoce bien el dolor y el chasquido que produce. Sin embargo, algunas veces, dependiendo de la zona y del hueso dañado, existen dudas.

Señales de la fractura de muñeca

En este caso, hay algunos síntomas ayudarán a saber antes del examen médico que la muñeca se ha fracturado.

Dolor intenso e inflamación, es común a todas las fracturas y en este caso, esta manifestación aparece de inmediato. La causa de la  inflamación es que se produce una rápida acumulación de líquido alrededor de la lesión.

Moretón negro o azulado debido a que el hueso roto suele dañar los pequeños vasos sanguíneos que lo rodean. Cuando eso ocurre, la sangre se filtra hacia los tejidos blandos y es cuando se ve a través de las capas más superficiales de la piel. Es normal que durante uno o dos días se vaya haciendo más grande y no quedará rastro.

Dificultad o imposibilidad de coger objetos, la debilidad o la falta de fuerza a veces también un intenso hormigueo es otro de los síntomas. Además, el intento de sostener algo hace empeorar el dolor.

Ni los dedos ni la muñeca pueden moverse, dado que internamente la conexión ósea se ha interrumpido por esa fractura, el movimiento de la muñeca y puede que también de uno o varios dedos, resulta muy difícil o imposible. En ocasiones también se produce  deformidad y la muñeca o la mano quedan en posición anómala.

¿Cómo se puede fracturar?

Ante todas estas evidencias y ya en la consulta médica, lo más habitual es que el especialista o el médico de urgencias solicite una radiografía.

Sin embargo, ahora en muchos casos también se opta por la tomografía computarizada o por la resonancia magnética. Incluso, por la resonancia magnética. Incluso, por  inyectar un líquido de contraste para ver mejor la fractura. Así se puede ver la naturaleza de la fractura. 

Lo más frecuente es que se rompa justo por encima de la muñeca a unos 3 centímetros de ella (hacia los codos). Se le denomina fractura de colles y en ocasiones hay desplazamiento del hueso roto. 

Cuando sucede por caerse hacia atrás y con el brazo en extensión puede ocurrir  la fractura de Colles invertido o de Smith. Es menos frecuente que la anterior, aunque se produce más o menos en la misma área. El segmento fracturado, la mano y la muñeca, se desplaza hacia adelante en relación con el antebrazo, por eso se denomina invertido.

Fractura  luxación de Rhea- Barton. Se suele producir a la misma altura, pero el segmento fracturado suele desplazarse hacia adelante o hacia atrás. Por eso, es algo más complicada que las anteriores; aunque también menos frecuente.

Tratamiento de este tipo de lesiones

Por lo general, esta fractura se resuelve, hoy en día, de dos maneras diferentes: con yeso o con cirugía.

No existe un consenso absoluto de quienes mejoran con uno u otro método en menos tiempo y la decisión, normalmente, corre únicamente a cargo del especialista. 

Si se coloca yeso, para que el hueso cicatrice bien, se suele escayolar el brazo hasta debajo del codo y la mano. Si la fractura se ha dado cerca del pulgar, es probable que también se deba enyesar ese dedo. Se retira el yeso a las 6 semanas. 

Cuando se recurre a la cirugía. En este caso, suele ser necesario colocar tornillos o placas metálicas para ayudar a fijar el hueso en su posición natural. Si hay que pasar por el quirófano, es importante que no transcurra demasiado tiempo, no más de una semana entre el momento de la fractura y el momento de la operación, para que el hueso  suelde mal ni se forme un callo. De lo contrario, se puede entorpecer la recuperación de la lesión.