Especialistas reumatólogos aseguran que la innovación en los tratamientos para la artritis reumatoide (AR) produce un aumento progresivo de la tasa de remisión, mejorando notablemente la calidad de vida de los pacientes.
“A lo largo de la historia del tratamiento de la enfermedad hemos tenido varios hábitos: desde la aparición de los primeros tratamientos modificadores de la enfermedad, seguidos de los medicamentos biológicos que permitieron un cambio abrupto en el pronóstico de la enfermedad, evitando o retrasando la discapacidad, hasta el día de hoy, en donde contamos con nuevas pequeñas moléculas de administración oral. Estos avances permiten personalizar cada vez más los tratamientos y aumentar el acceso y la adherencia” afirmó a Infobae la doctora María Celina De la Vega, vicepresidenta de la Sociedad Argentina de Reumatología (SAR).
Durante el Congreso Europeo de Reumatología (EULAR 2020), que se realizó de forma virtual del 3 al 6 de junio, se presentó entre otras novedades, nuevos resultados de uno de los tratamientos orales inhibidores de quinasa de Janus (JAK) disponible en el país. “Hemos desarrollado cinco ensayos clínicos con upadacinib en distintas poblaciones de pacientes, comparados con otros tratamientos previos, la tasa de remisión alcanza el 30%. Existe una mejora significativa en lo que le podemos ofrecer a los pacientes porque, en tres meses, tres de cada diez pacientes, en todas las poblaciones, pueden lograr la remisión de la enfermedad y a medida que se continúe el seguimiento, habrá más pacientes que lo logren”, aseguró a Infobae la doctora Ailee Pangan, médico reumatólogo y directora de Inmunología Clínica y Desarrollo de AbbVie.
La artritis reumatoide es una enfermedad inflamatoria crónica autoinmune de causa desconocida, que afecta principalmente las articulaciones, aunque puede comprometer otros órganos del cuerpo. Puede afectar a cualquier sexo, aunque es más frecuente en las mujeres. Además, si bien es más común entre las personas de mayor edad, puede afectar también a niños y jóvenes, si esta enfermedad no se trata a tiempo produce destrucción articular, discapacidad física y alteración de la calidad de vida.
Los síntomas se van instalando de a poco, la rigidez por la mañana, el dolor y la inflamación articular ya sea en manos, pies, rodillas, tobillos y codos, dominan el cuadro. En algunos casos presentan debilidad generalizada, fatiga y con menos frecuencia fiebre.
La rigidez mejora con el movimiento y la actividad física y empeora el reposo prolongado.
El diagnóstico temprano de la enfermedad es fundamental y para ello, ante los primeros síntomas, se debe consultar con un médico reumatólogo para comenzar oportunamente el tratamiento.
“ Cuando empezamos a tratar a un paciente con AR, nuestro objetivo primordial es que llegue a la remisión, es decir que no tenga más síntomas, como dolor e inflamación. Además, cuando hacemos los estudios de imágenes, evaluamos si la enfermedad se encuentra detenida y no sigue lastimando el hueso y por ende, no ocasionará deformidades posteriores” explicó el vicepresidente de la SAR.
Ante las nuevas opciones de tratamiento disponibles, que posibilitan personalizar el viaje terapéutico de cada paciente, la especialista destacó que “la tasa de remisión, sumado a lo que nosotros llamamos baja actividad de la enfermedad, que podemos alcanzar actualmente en la práctica clínica, oscila entre un 50% y 60%”.
En la actualidad, los médicos y los pacientes cuentan con muchas más opciones para abordar la artritis reumatoide, evidenciando un gran avance en el principal objetivo del tratamiento de esta enfermedad.
“Cuando hablamos de remisión, está directamente relacionada con la experiencia diaria. Tener pocos o ningún síntomas de la enfermedad, impacta considerablemente sobre la calidad de vida. Entonces, en nuestros ensayos clínicos proporcionamos cuestionarios para reflejar si el paciente siente dolor, fatiga y si presenta inflamación” explicó la doctora Pangan.