Debido a la atención de la flora intestinal, entre el 5 y el 10% de casos de espondiloartritis van a desarrollar una enfermedad intestinal manifiesta.
Un estudio realizado por Jesús Sanz, uno de los coordinadores del ‘I Curso Multidisciplinar en Reumatología, Dermatología y Enfermedad Inflamatoria Intestinal’ y reumatólogo en el Hospital Universitario Puerta de Hierro-Majadahonda, estima que, en el caso de la espondilitis anquilosante, entre el 5 y el 10 por ciento de casos van a desarrollar una enfermedad intestinal manifiesta.
Por ello, los investigadores barajan que la microbiota intestinal puede ser una buena ‘alerta‘ de enfermedades reumáticas inmunomediadas.
Así, el reumatólogo insiste en que “conocer la relación de estas patologías podría tener implicaciones importantes en el manejo de estos enfermos e incluso importantes ahorros para el sistema de Salud“.
Y es que, las enfermedades inflamatorias inmunomediadas abarcan patologías tan heterogéneas como la artritis reumatoide, la colitis ulcerosa, el lupus, la enfermedad de Crohn o las espondiloartritis, entre otras.
Desde hace unos años, los especialistas asisten a un reto complejo, ya que las alteraciones genéticas que presentan hacen que, con frecuencia, un mismo paciente sea diagnosticado de dos o más enfermedades inmunomediadas al mismo tiempo.
“Recientemente se ha puesto de manifiesto que el intestino es el órgano humano con mayor cantidad de células inmunitarias. En este sentido, la microbiota parece que juega un papel como agente necesario, o al menos como mediador, en las enfermedades inmunomediadas”.
No obstante, es difícil establecer hasta dónde llega el factor patogénico y lo que sería un fenómeno secundario a la hora de establecer la implicación que pudiera tener la flora microbiana en el desarrollo de enfermedades autoinmunes. Sin embargo, la disbiosis (es decir, una disminución en la diversidad bacteriana que afecta sobre todo al grupo de bacterias fermentadoras, Firmicutes) es una constante en las enfermedades reumatológicas, efecto que también parece asociarse a un aumento de la permeabilidad intestinal que se traduce en una mayor proporción de bacterias de origen intestinal circulando por el torrente sanguíneo”.
Firmas microbiológicas fecales
En este sentido, “el uso de las bacterias es, hoy en día, una realidad con lo que conocemos como firmas microbiológicas fecales“,
explicó Aldeguer.
Aldeguer ha mostrado su entusiasmo ante el futuro de la investigación en este campo. “Vienen épocas muy emocionantes en las que visualizo que entenderemos mucho mejor el papel de la microbiota en las enfermedades inmunomediadas. En paralelo, avanzaremos en su modulación con terapias personalizadas dirigidas al microbioma a partir de marcadores que nos orienten de los cambios disbióticos de un paciente determinado, de manera que estas terapias pasarán a ser más útiles y podremos usarlas como coadyuvantes junto a los tratamientos inmunomoduladores como los anticuerpos monoclonales”, ha aseverado el especialista del aparato digestivo.
Fuente: Redacción Médica