La modificación en la ingesta y consumo excesivo de cierto tipo de alimentos es una parte muy importante a la hora de tratar adecuadamente una condición y también es un punto clave para determinar si es posible o no convivir con la enfermedad.
Sin embargo, este no es el único aspecto que se debe cuidar, en la vida diaria deben realizarse ciertos cuidados especiales por parte de los pacientes de gota.
Por ejemplo, si tu especialista te ha indicado que presentas sobrepeso o que eres considerado como un paciente obeso, debes iniciar cuanto antes un plan riguroso para perder ese peso que esta demás. Hazlo acompañado por un experto y de forma progresiva para evitar complicaciones como la formación de cálculos de ácido úrico en el riñón que aparece tras la acumu lación del mismo en la sangre.
Para esto, la disciplina y la constancia en el ejercicio son vitales pues mantiene tu peso estable, pero también mejora la circulación acelerando el flujo sanguíneo, y aportando a la flexibilidad de las articulaciones, por lo que los episodios de rigidez y entumecimiento no serán tan comunes.
Es importante destacar que no todos los deportes son adecuados para los pacientes con gota, es importante la supervisión para no excederse y forzar algunas partes del cuerpo y debe evitarse cuando las zonas afectadas presenten enrojecimiento e inflamación.
Por último, un buen descanso, pausas activas y vendas de calor y frío solo la zona pueden servir para controlar el dolor y vivir con la enfermedad de la manera mas normal posible.