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Artroscopia para el tratamiento de enfermedades reumáticas

La artroscopia es un procedimiento quirúrgico que se usa en traumatología y cirugía ortopédica para diagnosticar y tratar diversos problemas y enfermedades que se localizan en el interior de una articulación. Esta cirugía es muy utilizada en la rodilla, y también en los hombros. Gracias a  esta técnica se operan lesiones de ligamentos cruzados de rodilla y también las lesiones de menisco.

La artroscopia se realiza a través de pequeñas incisiones. Durante el procedimiento, el cirujano ortopédico inserta el artroscopio (un instrumental con una cámara pequeña del tamaño de un lápiz) en la articulación de su rodilla. El artroscopio envía la imagen al monitor, y en éste el cirujano puede ver con detalle las estructuras de la rodilla. Asimismo, puede usar la artroscopia para sentir, reparar o quitar tejido lesionado. Para hacerlo, se insertan pequeños instrumentos quirúrgicos a través de otras incisiones alrededor de la rodilla.

Para esta operación se pueden usar tres tipos diferentes de anestesia: la anestesia local, en donde se puede suministrar medicamentos que relajen al paciente que permanecerá despierto; la anestesia raquídea, que se inyecta dentro de un espacio en la columna vertebral y que también mantendrá despierto al paciente; y la anestesia general, donde el paciente estará dormido y no sentirá dolor.

Al final de la cirugía, el cirujano puede colocar otros instrumentos quirúrgicos pequeños dentro de la rodilla a través de otras incisiones. Luego, reparará o eliminará el problema en la rodilla. Asimismo, se drenará la solución salina de ésta. El cirujano cerrará las incisiones con suturas (puntos de sutura) y las cubrirá con un apósito.

Por otro lado, como ocurre con cualquier cirugía, hay riesgos asociados con la artroscopia. Éstos ocurren de manera poco frecuente y son menores y tratables. Los problemas postoperatorios potenciales con la artroscopia de rodilla incluyen: infecciones, coágulos sanguíneos, acumulación de sangre en la rodilla. Ante esto, en caso de que experimente signos de advertencia como fiebre, escalofríos, zona de calor o enrojecimiento persistente alrededor de la rodilla, dolor persistente o en aumento, inflamación significativa en su rodilla o dolor en aumento en el músculo de su pantorrilla, llame de inmediato a su cirujano ortopédico.