Los medicamentos biosimilares se han convertido en la nueva zapata clínica y farmacológica desde donde emergen tratamientos con alto grado de efectividad, bajos efectos secundarios y sobretodo, de mayor acceso a pacientes con enfermedades crónicas e inflamatorias.
En conversación con nuestra revista aliada Medicina y Salud Pública (MSP), explicó el doctor José González Chavez, dermatólogo, los medicamentos biosimilares son aquellos fármacos que, mediante proceso de biotecnología medicinal, se manufactura un medicamento equivalente a la calidad y eficacia de un producto original (o medicamento biológico específico).
Evolución medicamentos biosimilares
Surgieron de la necesidad de poder crear medicamentos que, aunque se traten de réplicas de las moléculas biológicas; que contengan una alta eficacia bloqueando procesos inflamatorios producto de enfermedades autoinmunes, a menor costo y mayor accesibilidad.
“Son moléculas idénticas a la molécula original, aunque nunca serán iguales o exactamente creadas como la original. No pueden existir dos medicamentos iguales. Se crearon bajo una ley en el 1994 en el Congreso de los Estados Unidos, tanto para bajar costos en la adquisición de medicamentos biológicos; como alternativas adicionales para tener medicamentos con la misma eficacia de los medicamentos biológicos originales”, explicó el especialista.
Además, el especialista aseguró que la amplia variedad de medicamentos biosimilares hoy día han controlado enfermedades tan desafiantes como: Crohn, artritis reumatoide, psoriasis, cáncer, entre otras; las mismas que afectan hoy día la salud pública de Puerto Rico.
De estos no solo se han beneficiado pacientes adultos; sino que actualmente, la farmacología se mueve para proveerle más opciones de este tipo para la población pediátrica.
“Es un campo que se está expandiendo grandemente hoy día, entre especialidades como la dermatología y reumatología; tratamiento de tumores de cáncer como el pulmón, cerebro, melanoma, para la enfermedad de Crohn, colitis ulcerativa y otras afecciones autoinmunes”, estableció.
“Por ejemplo, la psoriasis fue la primera enfermedad dermatológica que se benefició del uso de los medicamentos biosimilares”, añadió.
Finalmente, el dermatólogo puntualizó en que no se recomienda el cambio de medicamento biológico a un paciente si este lleva tiempo sostenido respondiendo favorablemente al mismo.