Para las personas que padecen de fibromialgia puede ser realmente complicado y doloroso realizar sencillas actividades como recoger un objeto del suelo, debido al dolor generalizado que provoca la enfermedad. Dichas limitaciones a su vez alteran significativamente la calidad de vida del paciente.
La fibromialgia es una condición aún desconocida, pese a haber sido reconocida por la OMS como una enfermedad en 1992. Se estima que esta patología afecta entre un 3 y 4% de la población mundial y se manifiesta con mayor frecuencia en mujeres. Si tu o algún familiar padece de fibromialgia esta información será de gran utilidad, a continuación te brindamos algunos consejos para controlar los síntomas de esta enfermedad.
Mantén una dieta equilibrada
Se ha observado que las personas que sufren de fibromialgia tienen bajos los niveles de magnesio y vitamina D en el cuerpo. Así que puedes incluir alimentos como la manzana, naranja, piña, pescado y verduras de hoja verde, estas te ayudarán a regular los niveles de estos complementos.
Además, es importante que evites comer alimentos procesados. Según múltiples estudios dejar de consumir estos alimentos reduce síntomas como el dolor osteomuscular y el cansancio.
Realiza actividad física
Es importante mantenerte activo, pues te ayudará a mejorar la flexibilidad de las articulaciones, a la vez que reduce el dolor e incluso la depresión. Ten en cuenta que la actividad física debe ser de bajo impacto, es decir, actividades como caminar, nadar o correr. Recuerda: el ejercicio se hace progresivamente, ve aumentando la intensidad del ejercicio de acuerdo a tu capacidad física para evitar sobrecargas.
Terapias de relajación
Algunos estudios han evidenciado que terapias como la acupuntura, el yoga e incluso la danza reducen significativamente los síntomas producidos por la fibromialgia.
Recurre a terapias alternativas
Existen diversas opciones complementarias al tratamiento del médico especialista que pueden ayudarte a controlar las manifestaciones de la fibromialgia como el dolor, la quiropráctica es una de ellas. Esta disciplina restaura la función de los nervios, reduciendo el dolor y mejorando el funcionamiento motriz.
Es importante que consultes con tu especialista antes de iniciar cualquier tratamiento complementario para que de esta forma el médico tratante pueda evaluar la pertinencia y periodicidad de los mismos.