Redacción Artritis y Reumatología
La estimulación nerviosa eléctrica es una alternativa a los tratamientos farmacéuticos para tratar el dolor y la inflamación producido por la artritis. Este es un procedimiento en el que se utiliza el envío de corriente focalizada a las zonas afectadas para tratar el dolor. Dentro de este tratamiento, se conocen diferentes clases.
Para que te informes más sobre esta técnica, te presentamos las más comunes avaladas por médicos reumatólogos, quienes buscan mejorar la calidad de vida de sus pacientes.
La estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS)
Consiste en la utilización de parches de electrodos que están conectados a un aparato y funcionan con una batería, enviando corriente eléctrica a los nervios para anular los signos de dolor. Esta estimulación puede realizarse a baja o alta intensidad dependiendo de la resistencia de cada paciente.
Las altas frecuencias llegan hasta el cerebro, mientras las frecuencias bajas estimulan el cuerpo para que libere endorfinas ayudando a aliviar el dolor.
Estimulación Eléctrica Pulsada (PES)
Consiste en poner electrodos directamente en la piel y enviar corriente a través de estos. Una estudio publicado por osteoarthritis and cartilage concluyó que la utilización de esta técnica mejoró los síntomas causados por la osteoartritis de rodilla y ayudó a la reparación del cartílago.
Electroestimulación Neuromuscular (NMES)
Utiliza la electroestimulación dirigida directamente a los músculos para que se genere un a contracción de los mismos. Esta técnica ayuda a compensar la debilidad muscular común en las personas con osteoartritis.
Neuroestimulación Interactiva no Invasiva (NIN)
Se basa en el implante de un neuroestimulador bajo la piel. Este libera pequeñas descargas eléctricas a la columna, haciendo que la sensación de dolor se sienta solo como un hormigueo en la zona afectada. El paciente podrá ajustar la potencia de la estimulación dependiendo de su actividad por medio de un programador portátil.
Corrientes interferenciales (IFC)
Se utilizan electrodos de desfibrilación de frecuencias diferentes, las cuales interfieren creando impulsos de penetración profunda, de esta manera la corriente llega directamente a los músculos. Este procedimiento estimula la generación de sustancias químicas naturales para aliviar el dolor.
Para algunos pacientes este tipo de técnicas resulta tediosa y de desisten de realizar la terapia, pues el envío de corriente se hace de acuerdo a la resistencia de cada paciente para lograr resultados. Sin embargo, diversos estudios han demostrado que si hay disminución del dolor después de someterse a este tipo de terapias.
Es importante que antes de iniciar este tratamiento las mujeres embarazadas, personas con marcapasos u otro tipo de implante consulten con el médico, para asegurarse de que el envío de impulsos eléctricos no le causará problemas. Aunque esta técnica se utiliza en pacientes con dolores crónicos, también se ha empezado a usar en pacientes con algunos tipos de artritis como la artritis reumatoide y osteoartritis.