Que a los niños se les juntan las rodillas al andar es habitual entre los 3 y los 4 años, pero si esto no se corrige con los años es necesario tratarlo: si no, la rodilla puede desgastarse más de lo normal, lo que favorece la aparición de una artrosis precoz.
Basta dar una vuelta por la calle para darse cuenta de que no todo el mundo camina con las piernas rectas. Hay quienes, por ejemplo, lo hacen juntando las rodillas.
En estos casos, las piernas adoptan una forma de X y el desgaste articular es mucho mayor. Es lo que se conoce como rodillas valgas o genu valgo.
Es una patología bastante frecuente y la padecen más las niñas que los niños, pero si se detecta y se trata de pequeños, pero si se detecta y se trata de pequeños, antes de que acabe la etapa del crecimiento, esta alteración puede corregirse con una cirugía muy sencilla. Si no, también puede tratarse en la edad adulta, pero la intervención es más agresiva.
La doctora Pilar Rovira, del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Sant Joan de Déu, cuenta todo lo que se puede hacer para tratar las rodillas valgas y en qué casos conviene operar y en qué caso no.
A los 3 o 4 años es normal tener las rodillas así
“Las piernas de los niños no siempre son iguales ni tienen la misma forma”, comenta la traumatóloga.
Cuando son bebés las piernas están arqueadas, con las rodillas hacia fuera. Entre los 3 y 4 años es habitual que aparezca que genu valgo, es decir, las rodillas con forma de x, aunque en niños en los que es más evidente que en otros, es algo fisiológico, normal en estas edades.
Sobre los 8 años más o menos el eje de la pierna en los niños ya es definitivo, Es entonces cuando, si juntas las piernas siguen manteniendo esa forma de X y la distancia entre los pies es de aproximadamente 8 centímetros, hay que estudiarlo.
Otros signos de alerta que pueden hacer sospechar a los padres o el entorno de que tal vez el niño tiene las rodillas valgas es así cuando corren lanzan los pies hacia los lados, sus rodillas se chocan, se caen con frecuencia o son poco ágiles.
Los kilos de más, factor de riesgo
Las rodillas valgas no siempre se deben a una alteración del esqueleto.
En niños laxos, con mucha elasticidad y que además tiene los muslos gorditos sus piernas, visualmente, pueden tener apariencia de valgo. En este caso debemos hacer una radiografía para valorar si el eje de las piernas está alterado o si es solo una falsa apariencia.
Los que se les recomienda generalmente, si el paciente presenta obesidad, es una evaluación por parte de pediatría o endocrinología, para valorar si debe perder algo de peso y pautar las medidas para lograrlo.
Si tras hacer la radiografía, se observa que la alteración se debe a que el hueso está desviado, lo más frecuente es que se desconozca la causa de por qué las rodillas están vagas, aunque la genética puede influir.
En un pequeño porcentaje esta alteración se asocia a algún problema más general del esqueleto, lo que médicamente se conoce como displasia ósea. En estos casos el tratamiento depende sobre todo de la edad del paciente.
Así se tratan las rodillas valgas
Si el niño aún está en la fase de crecimiento, lo habitual es aplicar una técnica quirúrgica relativamente nueva conocida como crecimiento guiado.
Se implantan unos pequeños implantes que por lo general es una placa con unos pequeños tornillos, que actúan guiando el crecimiento para corregir el eje de la pierna. Así, se aprovecha el propio proceso de crecimiento del niño para que las piernas se alineen de forma correcta.
Hay que mover la rodilla desde el primer día. Lo más importante en el postoperatorio de estos niños es que caminen y empiecen a doblar poco a poco la rodilla desde el primer día, porque eso facilita mucho la recuperación.
La pierna se corrige entre los 6 meses y el año. Una vez corregida la forma, las placas se retiran. En las niñas suele hacerse sobre los 11 y 12 años, teniendo en cuenta que suele crecer hasta los 14.
En los niños puede llevarse a cabo un poco más tarde, sobre los 13 años, porque su periodo de crecimiento es más largo hasta los 16.
Hasta que señalar eso sí que cada caso requiere un estudio individualizado para realizar la cirugía en el momento óptimo.
Qué pasa si el niño es muy mayor
Si el crecimiento del niño ya ha acabado la primera vez que se consulta, el tratamiento depende del grado de desviación de las rodillas que tenga. Aunque esto suele ocurrir en pocos casos, porque la mayoría viene antes a consulta.
Si la desviación es muy marcada, se puede aconsejar una osteotomía, que consiste en cortar el hueso, alinearlo y que se consolide en la posición correcta. Hay diferentes sistemas: dependiendo de la gravedad del caso se puede hacer una sola vez con una placa por dentro o de forma gradual que es con un fijador externo, por fuera de la pierna.
Hay que tener en cuenta, eso sí, que una osteotomía puede hacerse a cualquier edad. A veces el adolecente o la familia deciden que es mejor no operar y esperar a ver cómo evolucionan las rodillas. Es una alteración que a nivel del día a día, no impide hacer nada aunque el afectado puede tener más dificultad para hacer deporte, ni tampoco provoca dolor en el niño.
Aunque se desconoce cuándo va a desarrollar una posible artrosis, lo que sí se sabe es que con desviaciones del eje la rodilla se desgasta con más facilidad.