La luz ultravioleta tiene un papel importante, por su aporte con la vitamina D. Sin embargo, todos los extremos son malos, ¿no crees?
Pues hoy te contamos que, si padeces de enfermedades reumáticas, deberías tener muy en cuenta este aspecto. La exposición al sol siempre ha sido asociada con el cáncer de piel; pero, ¿sabías que la luz ultravioleta B también favorece a las enfermedades autoinmunes?, según explica la Sociedad Española de Reumatología.
La radiación UV puede alterar la expresión de las células inflamatorias y aumentar la dificultad para tratar las infecciones. Por otro lado, afirman que “algunos medicamentos pueden incluir como efecto adverso lesión en la piel al estar en contacto de forma directa y prolongada con la luz solar”.
Dentro de los tratamientos que pueden empeorar la fotosensibilidad, “se encuentran algunos de los empleados para pacientes con enfermedades reumáticas, como son todos los derivados de los salicilatos, el metotrexato, el dolquine y las tiacidas; fármacos con los cuales se deben tomar precauciones especiales respecto a la exposición al sol”.
Por este motivo, se realizó una lista de precauciones que deberían adoptar las personas que padecen enfermedades reumáticas al exponerse al sol:
- Uso de sombreo o gorra.
- Uso de gafas de sol.
- Aire libre, “utilizar camisetas frescas que protejan extremidades superiores y zona de escote”.
- Uso de crema solar con protección 50+ en áreas expuestas. “Esta se deberá aplicar, al menos, cada dos horas y es importante no olvidarse de la zona de cuello y orejas”.
- Abundante consumo de líquidos, “preferiblemente agua libre de azúcar”.
- Regular el consumo de alcohol.
- Aumentar el consumo de frutas con abundante contenido en agua.
- Limitar el tiempo de exposición y “evitar las horas con mayor incidencia de rayos solares”.
- Evitar el uso de cámaras de bronceado.