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Al menos 20% de pacientes con COVID-19 sufren dolores articulares y musculares

Se ha observado que algunos pacientes presentan COVID-19 prolongada o persistente con manifestaciones que continúan durante los meses posteriores al cuadro inicial

No existen manifestaciones reumatológicas importantes en la fase aguda de la infección por SARS-CoV-2, excepto los síntomas inespecíficos que acompañan habitualmente a las infecciones virales como las artromialgias (dolor en las articulaciones y los músculos que las rodean) que son muy frecuentes, y las sufren más de la mitad de los pacientes.

A dicha conclusión llegaron los participantes del Curso ReumAPtopics, VI Jornadas de Reumatología para médicos de Atención Primaria, organizado por la Sociedad Española de Reumatología (SER). 

El doctor Pablos puntualizó en que “estas manifestaciones musculoesqueléticas, con frecuencia, se acompañan de problemas de sueño, ansiedad o ánimo depresivo”.

A juicio del especialista, “en su manejo tiene un papel muy importante el médico de Atención Primaria, y los recursos que se han propuesto para llevarlo a cabo son la educación, el apoyo psicológico y grupos de apoyo, la rehabilitación -incluso a distancia- y la práctica de ejercicio físico”.

Asimismo, el Dr. Pablos indica que tras analizar a los pacientes con COVID-19 se ha visto que existen algunas manifestaciones que simulan algunos procesos reumatológicos en los que se sospecha un mecanismo autoinmune y que suelen aparecer después de la infección aguda.

Una es el lupus pernio o “sabañón”, una lesión en la piel de causa vascular; otra es un síndrome muy parecido a la enfermedad de Kawasaki, que aparece en niños, y que produce un cuadro muy grave que se ha denominado “síndrome inflamatorio multisistémico”, explica.

Respecto a la situación actual provocada por la pandemia, en opinión del Dr. Pablos, “un grupo particularmente sensible han sido los pacientes reumatológicos con problemas previos causantes de dolor crónico o discapacidad. En estos pacientes, tanto la COVID-19, como la situación general de confinamiento, aislamiento social, falta de ejercicio físico, etcétera, han provocado en muchos casos un empeoramiento de estos síntomas y una percepción muy negativa de esta situación”.

Revista MSP