La artritis reumatoide es una enfermedad inflamatoria que, caracterizada fundamentalmente por el dolor y la degeneración progresiva de las articulaciones, sobre todo mayores de 40 años y, en tres de cada cuatro casos, mujeres.
Una patología que, asimismo, se engloba en las denominadas ‘enfermedades autoinmunes’, esto es, en las que el sistema inmunitario ataca al propio organismo. Pero aún hay más: los procesos inflamatorios de la artritis reumatoide también afectan a otros órganos del cuerpo, como el corazón o los pulmones. Y en este contexto, dado que aún se desconoce por qué se desencadena esta enfermedad, ¿no hay nada que podamos hacer para evitarla? Pues sí. De hecho, un estudio llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore (EE.UU.) sugiere que tener una buena higiene bucodental ayuda, y mucho, a prevenir el desarrollo de la artritis reumatoide.
Como explica Maximilian Koenig, director de esta investigación publicada en la revista « Science Translational Medicine», «hace ya mucho tiempo que se viene sospechando que las superficies mucosas, caso de las que se encuentran en las encías, los pulmones y el tracto gastrointestinal, son áreas en las que posiblemente se inicie la artritis reumatoide. Y ahora, nuestros resultados muestran que el patógeno ‘Aggregatibacter actinomycetemcomitans’, asociado a la periodontitis, es una bacteria candidata a desencadenar la autoinmunidad en la artritis reumatoide».
Autoantígenos y autoanticuerpos
La sospecha de la existencia de una posible relación entre la salud de las encías y la artritis reumatoide no es, ni mucho menos, nueva. De hecho, uno de los tratamientos para la artritis reumatoide que se empleaban en las primeras décadas del pasado siglo XX consistía, simple y directamente, en la extracción de todas las piezas dentales. Pero, evidentemente, no funcionaba –o aún se existiría la tentación de seguir practicándolo.
Sea como fuere, la habitual presencia de bacterias causantes de la periodontitis en la artritis reumatoide sugiere que los patógenos de la cavidad oral pueden desencadenar la producción de ‘autoanticuerpos’ –es decir, anticuerpos que atacan al propio organismo, tal y como sucede en las enfermedades autoinmunes– específicos de la artritis reumatoide en individuos susceptibles. Por ello, el nuevo estudio tuvo por objetivo evaluar el posible papel de las bacterias causantes de la periodontitis –o ‘enfermedad de las encías’– en la aparición de la artritis reumatoide.
Los autores analizaron la presencia de proteínas ‘citrulinadas’ en muestras de fluidos de las encías de individuos con periodontitis y de voluntarios ‘sanos’. Pero, exactamente, ¿qué son estas proteínas citrulinadas? Pues son proteínas en las que el aminoácido ‘arginina’ ha sido sustituido por el aminoácido ‘citrulina’ y que son identificadas como una diana por el propio sistema inmune. O dicho de otro modo, una vez estas proteínas son citrulinadas, se convierten en antígenos que serán atacados por los anticuerpos producidos por el sistema inmunitario –o dado que se trata de una respuesta autoinmune, se convierten en ‘autoantígenos’ que serán atacados por los ‘autoanticuerpos’.
Los resultados mostraron que ‘A. actinomycetemcomitans’, pero no así el resto de bacterias implicadas en la periodontitis, es responsable de la hipercitrulinización que se observa comúnmente tanto en la enfermedad de las encías como en la artritis reumatoide. Y para ello, libera una toxina denominada ‘leucotoxina A’ que desencadena la producción de proteínas citrulinadas –o lo que es lo mismo, de autoantígenos.
Cuidar para prevenir
En definitiva, las personas con periodontitis tienen una mayor probabilidad de presentar la leucotoxina A de ‘A. actinomycetemcomitans’ y, por tanto, de producir autoantígenos –en forma de proteínas citrulinadas– que desencadenen una respuesta autoinmune. De hecho, y de acuerdo con los resultados, el 62% de los participantes con periodontitis presentaban antígenos frente a la leucotoxina A, por solo un 11% en aquellos sin la enfermedad de las encías. Es más; comparados igualmente frente a los voluntarios ‘sanos’, los pacientes con artritis reumatoide tienen niveles muy elevados de anticuerpos frente a la leucotoxina A.
Entonces, ¿puede concluirse que ‘A. actinomycetemcomitans’ es la responsable de la aparición de la artritis reumatoide? Pues no. Sin embargo, estas nuevas evidencias sugieren que esta enfermedad autoinmune podría ser desencadenada por la producción de autoantígenos por la leucotoxina A. Y llegados a este punto, ¿qué se puede hacer para evitar la presencia de esta bacteria? Pues cuidar de nuestra salud bucodental, y más concretamente, de la salud de nuestras encías.