La psoriasis es una afección muy prevalente entre la población a pesar de seguir siendo poco conocida, ya que afecta a más de 125 millones de personas en todo el mundo. Por ello, la Organización Mundial de la Salud reconoce esta enfermedad como crónica para la que todavía no existe cura.
Así, se trata de una enfermedad inflamatoria crónica cuyo origen es desconocido y que se caracteriza “por una multiplicación demasiado rápida de las células de la piel”, explica la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), a través de la Fundación Piel Sana, en la guía para pacientes con psoriasis. Entonces, ¿por qué ocurre esto? “Las señales defectuosas que se originan en el sistema inmunológico, provocan que la formación de nuevas células epidérmicas se lleve a cabo en días, en lugar de en semanas”, detalla la guía.
Algunos factores de riesgo que contribuyen a su aparición son los genéticos, inmunológicos, medioambientales y/o psicológicos, y los síntomas más habituales se caracterizan por la aparición de escamas en la piel, irritación y enrojecimiento, entre otros.
Dieta equilibrada y ejercicio físico regular
Aunque esta enfermedad no tiene cura, sí existen tratamientos disponibles bastante eficaces para minimizar sus consecuencias físicas y psicológicas. En cualquier caso, este tratamiento es individualizado y puede incluir fototerapia, tratamientos tópicos con hidratantes o fármacos.
No obstante, el estilo de vida es fundamental para aliviar los síntomas asociados y uno de los aspectos clave en pacientes es la alimentación. Resulta fundamental mantener una dieta equilibrada, evitando la ingesta de alcohol y el tabaquismo. Asimismo, las personas con psoriasis deben practicar ejercicio físico de forma regular para mejorar la función articular y “regular la función del sistema nervioso vegetativo, ayudando a luchar contra el estrés”, añade la AEDV.
Cabe destacar que la obesidad es un factor de riesgo muy importante en el desarrollo de esta enfermedad y es bidireccional: “La obesidad empeora la psoriasis y la psoriasis favorece la obesidad”, explican en un artículo recogido por Acción Psoriasis, la Asociación de Pacientes de Psoriasis, Artritis Psoriásica y Familiares.
Baños de avena, aceites esenciales y jabones suaves
¿Qué otros remedios caseros se pueden tener en cuenta? Los especialistas de Mayo Clinic aconsejan el baño diario para “eliminar las escamas y aliviar la piel inflamada”. Además, se puede añadir aceite de baño, avena coloidal y sales de Epsom al agua, así como jabones suaves con aceites añadidos. De hecho, los baños de avena pueden tener un efecto calmante sobre la piel.
Por otra parte, es importante utilizar crema humectante tras el baño mientras la piel siga húmeda. “Para la piel muy seca, los aceites pueden ser preferibles, ya que tienen más poder de permanencia que las cremas o lociones”, destacan. ¿Es aconsejable exponer las zonas afectadas a la radiación solar?
Lo primero que hay que hacer es consultar con los profesionales sanitarios sobre la mejor manera de exponer la piel a la luz solar para su tratamiento. “Una cantidad controlada de luz solar puede mejorar la psoriasis, pero demasiado sol puede desencadenar o empeorar los brotes y aumentar el riesgo de cáncer de piel”.
Fomentar las técnicas de relajación para evitar el estrés
Aunque todavía no se conoce con exactitud la relación entre el estrés y los brotes de psoriasis, los episodios de agobio, estrés o ansiedad pueden agravar la enfermedad. Por ello, es realmente recomendable gestionar el estrés para que no repercuta en la salud de la piel mediante técnicas de relajación o de respiración.
Desde Acción Psoriasis destacan en su guía de tratamientos que algunos pacientes recurren a terapias alternativas, como la acupuntura, la fitoterapia o la aromaterapia, para tratar esta enfermedad. Es posible que en algunas personas produzcan un efecto beneficioso, “pero no existen trabajos científicos que avalen estos procedimientos”. Por ello, antes de probar cualquier alternativa natural es recomendable consultar al médico ante posibles contraindicaciones.