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La bursitis trocantérea: dolor que se presenta en la cadera

La bursitis trocantérea o trocanteritis, es el dolor que se presenta en la parte externa de la cadera, a nivel del trocánter mayor, que se encuentra localizado en la zona superior del fémur y es la parte más prominente de la cadera.

Causas

Se produce por una inflamación de las bursas situadas alrededor del trocánter mayor. Dichas bursas se sitúan entre los tendones del glúteo mayor, medio y menor en su inserción en la parte posterolateral del trocánter. Dichas bursas permiten el desplazamiento de unos tendones sobre otros y el tensor de la fascia lata.

Generalmente está producida por problemas mecánicos del entronque de la zona lumbosacra con los miembros inferiores.

Por tanto, las artrosis de los segmentos como la cadera, rodillas, tobillo o problemas del pie plano, valgo, fascitis plantares, juanetes, etc.

Las dismetrías, ocasionan una mala deambulación, hacen que estos músculos estén tensionados y con una mala distribución de cargas, que ocasionan tracciones continuas y microtraumatismos en su lugar de agarre el trocánter.

La obesidad, suele predisponer a su padecimiento, por la mayor sobrecarga las articulaciones de los miembros inferiores y la zona lumbar.

Síntomas

Se presenta como un dolor en la cara lateral de la cadera, de características mecánicas, de larga evolución, que se empeora con la deambulación, subir o bajar escaleras o el pase de la sedestación a la bipedestación. Dolor con los cambios posturales en la cama. En la exploración es característico: un dolor selectivo a la palpación de la zona y con las maniobras contra resistencia de separación de cadera.

Diagnóstico

La clínica suele ser suficiente para llegar al diagnóstico. En casos crónicos en las radiografías se aprecian desplazamientos periódicos, irregularidades de la superficie del trocánter o calcificaciones peritendinosas de los tendones que se insertan en el trocánter.

La ecografía es útil para confirmar el diagnóstico y a la hora de realizar infiltraciones ecoguiadas.

No son pruebas costo- eficaces en su diagnóstico la gammagrafía, el TAC o la RMN.

Tratamientos

–   Ejercicios de estiramiento y fortalecimiento: glúteos, isquiotibiales, musculatura lumbar baja.

–   Calzado adecuado

–   Evitar el sobrepeso

–   Reducción de la marcha

–   Infiltraciones

En las consultas es habitual encontrar esta patología, generalmente parásita de otras enfermedades reumáticas, que suelen ser resistente al tratamiento y se cronifica si no se realiza el tratamiento adecuado.