Una persona con artritis reumatoide debe afrontar muchos cambios y retos en su vida.
Tras un diagnostico de artritis reumatoide, se empiezan a oír palabras desagradables como discapacidad, deformidad, limitaciones… Palabras que, combinadas con el pronóstico reservado y la inseguridad, pueden hacer sentir al paciente con artritis reumatoide desesperanzado, descorazonado, impotente, invadido de pensamientos negativos y con miedo al futuro.
¡Mantén una actitud positiva! El único camino es una aproximación positiva a la artritis reumatoide. Aprende a aceptar tus limitaciones y a desenvolverte mejor, y reajusta tu vida.
A continuación, algunas de las claves:
1.- ¡APRENDE! El conocimiento es poder
Aprende. Busca y lee todo lo que caiga en tus manos y que te ayude a entender y conocer tu enfermedad. Internet permite tener acceso a más información que nunca, y hay mucho que aprender: reconocimiento de los síntomas, opciones de tratamiento, cómo controlar el dolor, papel de la dieta y el ejercicio…
Además, Internet te proporciona herramientas para comunicarte con otros pacientes con la misma enfermedad, para compartir experiencias comunes que te proporcionarán apoyo y te ayudarán a ganar perspectiva y a establecer nuevas relaciones de compañerismo y amistad con otros pacientes que te entienden perfectamente, porque comparten tu mismo problema.
2.- ¡MOTÍVATE! Y mantente motivado
Cuando el dolor está presente, es difícil no desmoronarse. Sin embargo, es esencial que te mantengas positivo y motivado:
- Céntrate siempre en lo que se puede hacer, en lugar de en lo que no se puede
- Establece estrategias y objetivos a cumplir para conseguir vivir tu vida en todo su potencial.
- Oblígate a mantenerte activo y a conservar toda la independencia que puedas.
- Trabaja las emociones para desterrar la tristeza y la depresión, acabar con la soledad y evitar los sentimientos de impotencia.
Además, continuar activo fortalece físicamente a la persona con artritis reumatoide, mantiene sus articulaciones funcionales y limita el avance de la enfermedad.
3.- ¡PARTICIPA! La vida vale la pena vivirla
Aunque el dolor crónico te limite, aún te quedan muchas habilidades, y debes enfocar la energía en ellas. Organízate para utilizar tu tiempo y tu energía en las cosas más importantes, y disfrútalas: el dolor estará presente tanto si lo haces como si no. Participa en las actividades diarias (compras, visitas, trabajo, viajes, etc.) y disfruta de las actividades sociales que te gustan: verás que aún tienes mucha vida por delante.
4.- ¡CONSULTA CON TU MÉDICO! Existen diferentes tratamientos que pueden ayudarte
Pregunta a tu médico: existen en el mercado muchos tratamientos que pueden ayudarte a controlar el dolor y los otros síntomas de tu enfermedad. Pide a tu equipo médico que te muestre tus opciones y que te informe sobre sus ventajas e inconvenientes.
5.- ¡COMUNÍCATE! Explica tus necesidades
Convivir con una artritis reumatoide cambia la vida diaria. Actividades y hábitos que antes eran sencillos u obvios, ahora se convierten en dificultades a superar. Por ello, la enfermedad no sólo afecta a la persona afectada, sino a todo su entorno: familia, amigos, compañeros de trabajo… Ellos también deberán aceptar y ajustarse a los cambios.
Comunícales tus necesidades y sentimientos, y comparte tus preocupaciones sobre la enfermedad con ellos. Tú no has pedido estar aquí…pero ellos tampoco. Y a veces les será difícil ponerse en tu piel y comprender lo que tú sientes si no se lo explicas.
6.- MEDITA. Utiliza técnicas de relajación y control del estrés
Es fácil deprimirse y desmoronarse al enfrentarse a la artritis reumatoide y sus problemas, así como a las nuevas dificultades, a reto de ajustar tu vida a una enfermedad crónica. Y el estrés resultante afecta negativamente a la evolución de la enfermedad.
La meditación es útil para disminuir la tensión muscular y el estrés causados por la fatiga y el dolor. La artritis reumatoide no sólo paga un peaje físico, sino también mental. A veces, simplemente es preciso centrarse en otras cosas, clarificar la mente, y la relajación consigue aliviar tanto el cuerpo como la mente.
7.- ¡VIVE! Concéntrate en tu calidad de vida
Es imprescindible que te centres en cómo mantener la mayor calidad de vida posible. Debes concentrarte en pensamientos positivos, en lo que aún tienes y que puedes utilizar, en lugar de en lo que has perdido.
Vivir con artritis reumatoide se hace mucho más liviano si uno piensa positivamente, mantiene un estilo de vida activo y se propone metas realistas.
Fuente: Roche Pacientes