Por: Dr. Ramón L. Ortega Colón FACR
Reumatólogo
Se levanta en la mañana con dolor y rigidez en las manos, malestar en la espalda baja, molestia en las rodillas, camina hacia el baño como el boxeador que camina a su esquina luego de pelear un round con Coto. Pasa un rato y se siente mejor, agarra la escoba, el paño y el mapo. Luego mira hacia el patio, corta el césped más de lo que los hombros, las rodillas y la espalda pueden, se queda mirando las paredes de la casa y decide pintarlas otro día.
La osteoartritis es la forma más común de artritis en la comunidad. Se le conoce como artritis degenerativa y su prevalencia aumenta con la edad.
Su presencia es prácticamente universal luego de 65 años, aunque no se manifiesta igual. Muchas personas, tal vez la mayoría, tienen hallazgos en placas y estudios de resonancia magnética (MRI) que son incidentales y tienen muy pocos o ningún síntoma. Están los que como describe el ejemplo de arriba, manifiestan síntomas que le permiten aún seguir su rutina diaria. En la oficina del Reumatólogo, por razones obvias, se ven muchos casos de Osteoartritis más severa e incapacitante. Esta artritis afecta mayormente las manos, columna vertebral, hombros, rodillas y la articulación de las caderas.
La osteoartritis conlleva pérdida del cartílago de una articulación y formación de espuelas
Esto significa que el tejido “gomoso” entre los huesos de la coyuntura se gasta y el impacto de hueso con hueso estimula el hueso a crecer y formar espuelas. Esto está relacionado con varios factores como la genética (herencia) del paciente, historial de trauma previo a la articulación, abuso excesivo del uso de la misma y sobrepeso – obesidad.
En la mano se afectan mayormente la articulación de la base del dedo pulgar y la de la punta de los dedos con crecimiento óseo. Muchos pacientes son totalmente funcionales y algunos tienen síntomas muy persistentes e incapacitantes.
La osteoartritis de la rodilla es muy común entre las mujeres y es una causa importante de incapacidad en esta población
Los síntomas más comunes son dolor al comenzar a caminar el cuan se alivia en menos de 5-10 minutos, luego de actividad física.
Para estas manifestaciones existen diversas formas de tratamiento de acuerdo a la intensidad y la incapacidad que estén provocando los síntomas
Cualesquiera que sean los tratamientos, todos deben estar apoyados por la cooperación del paciente. A la pregunta: ¿qué hago con mi dolor?, la respuesta es: ser evaluado por un médico especialista en enfermedades músculoesqueletales como el reumatólogo. Usualmente ayuda bajar al menos un 10% del peso si es necesario, hacer estiramientos, hacer ejercicios de tonificación y fortaleza muscular, usar abrazaderas para estabilizar la coyuntura que lo necesite y evitar hacer movimientos bruscos. Los tratamientos con medicamentos, terapias o cirugía serán recomendados por su reumatólogo luego de una evaluación de su caso. Igual, el paciente debe educarse de cómo adaptar las actividades del diario vivir a su condición de artritis.